Tienes una manzana en el frutero, unos bizcochos de soletilla caseros o comprados que ya están algo resecos y no quieres tirarlos... no le des más vueltas y recupera un postre de esos que saben a cocina de la abuela de verdad, de los que hay tantas versiones y recetas como golosos en el mundo. Pero todas se reducen a unos pocos ingredientes básicos.
Hablamos del pudin y sus variantes, desde el humilde pudin de pan a variantes regionales como el pan de Calatrava o la ibicenca greixonera, con su textura cremosa y sabor tan rico cuando se sirve bien fresquito. En este caso no podemos dejar de recomendar el pudin de manzana y soletillas, súper sencillo y rápido de preparar por cualquier novato en la repostería casera.
Queda bien con manzana reineta, pero puedes usar la variedad que tengas en el frutero o combinar un par de tipos si se te han quedado perdidas varias unidades pequeñas que ya están muy maduras. Y en lugar de soletillas nos valdría aprovechar restos de bizcocho que esté ya reseco, pan duro o incluso unos bollos suizos que hayan perdido su miga tierna y frescura.
Sale riquísimo si primero cocinamos con un poco de mantequilla y azúcar la fruta en una sartén, dejando que se caramelice sola haciendo casi una compota exprés. Después solo hay que desmigar las soletillas y combinar ambos con una mezcla de huevos, leche y azúcar batidos ligeramente a mano. De ahí a un molde tipo flanera tapado con papel de aluminio, baño maría en el horno, y a esperar.
Porque sí, la elaboración es rápida pero habrá que tener paciencia para que cuaje sin prisa y, sobre todo, a que se enfríe para comerlo. Te recomendamos esperar, si puedes, al día siguiente tras pasar por la nevera; estará más asentado y más sabroso. Montar nata o no para acompañarlo ya es una elección personal.
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En DAP | Flan de huevo