La francesa Nina Métayer tiene solo 38 años pero ya se ha hecho un nombre en el altar de la fama de la pastelería mundial con sus refinadas creaciones y su dominio tanto del recetario tradicional como de las técnicas más avanzadas a la hora de desarrollar toda su creatividad dulcera. Y además tiene tiempo de compartir recetas aptas para todos los niveles en sus redes sociales, donde la siguen cientos de miles de aficionados.
Métayer lidera hoy su propio negocio de pastelería y consultoría dulce en la región de Île-de-France y ha obtenido diferentes galardones en su país por su trabajo, pero el verdadero hito lo logró en 2023 al ser la primera mujer galardonada con el premio a mejor pastelera del mundo por la prestigiosa asociación de Unión Internacional de Panaderos y Pasteleros (UBIC).
En pleno verano no puede recomendar otro postre para hacer en casa que no sea el tradicional clafoutis de cerezas, una especie de tarta muy fresca y de textura cremosa que, en su fórmula original, se prepara con estas frutas cuando llenan los mercados estivales. Icono de la repostería francesa, el clafoutis es tan elegante y rico como fácil y rápido, no resulta nada pesado y cualquier aficionado a la repostería será capaz de hacerlo.
Nina Métayer considera que el clafoutis es el pastel de verano definitivo y perfecto, y en su receta apuesta por la máxima cremosidad combinando nata espesa -que puede sustituirse por crème fraîche, crema agria o sour cream- y nata líquida -mínimo 30% de materia grasa-, además de seis yemas de huevo, en lugar de usar huevos enteros. Tiene muy poca harina de trigo, usando más cantidad de almendra molida, y prefiere el azúcar moreno.
Pero el toque más especial se lo da el acompañamiento, ya que la pastelera recomienda dividir la cantidad de cerezas para cocinar aparte, en una sartén, unos 200 g de fruta deshuesada con 60 g de mantequilla, 30 g de azúcar moreno, un poco de flor de sal, el zumo de un limón y cinco vainas de cardamomo verde.
El resultado es una especie de compota de cerezas que deja unos jugos deliciosos en la sartén con los que riega cada porción de clafoutis, añadiendo además un toque generoso de ralladura de piel de limón que ha secado ligeramente en el horno, apenas 10 minutos a 50 ºC, y decora con limón sin piel. Un postre suculento, fácil y muy fresco.
Imágenes | Nina Métayer
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