Cualquier receta preparada con cariño puede ser un gran regalo para compartir con alguien especial, pero no podemos negar que el chocolate es el rey cuando pensamos en recetas románticas. No importa la ocasión o la excusa que usemos, este vistoso milhojas de chocolates con frambuesas será una dulce sorpresa en cualquier momento.
Se trata de varias capas de chocolate con leche superpuestas rellanas de frambuesas y una preparación de chocolate blanco, pero podemos jugar con los ingredientes que más nos gusten, empleando chocolate negro o cambiando los frutos rojos. En cualquier caso, la preparación de esta receta resulta relativamente sencilla y el resultado es muy original.
Lo mejor cuando se trabaja con chocolate es preparar bien el espacio y las herramientas de trabajo antes de empezar. Dibujar rectángulos del mismo tamaño sobre una hoja de papel sulfurizado y colocarla sobre una superficie despejada, con el lado pintado hacia abajo.
Trocear el chocolate con leche y derretirlo al baño maría. Cuando esté bien líquido y suave, colocar una cucharada sobre cada rectángulo y extenderlo hasta cubrir toda la superficie, usando una espátula o simplemente el dorso de una cuchara. No hace falta que quede perfecto, pero hay que procurar que no salgan capas muy gruesas. Dejar enfriar
Trocear el chocolate blanco y derretirlo también al baño maría. Dejar enfriar un poco, hasta que no queme al tocarlo. Montar mientras tanto la nata hasta que esté bien espesa. Añadir el chocolate blanco y seguir batiendo hasta incorporarlo. Llenar una manga pastelera con boquilla redonda ancha, o simplemente cortar el extremo.
Montar los milhojas colocando una base de chocolate con leche, una capa de relleno de chocolate blanco, otra capa de frambuesas y una última de chocolate blanco. Coronar con otra hoja de chocolate, azúcar glasé y algunas frambuesas extra.
Con qué acompañar el milhojas de chocolate
El milhojas de chocolates con frambuesas puede ser el broche perfecto para una cena romántica en casa, ideal para no solo San Valentín. Un aniversario, cumpleaños o cualquier excusa es buena para darse un capricho también con amigos o en familia. En invierno no hace falta guardar el chocolate en la nevera, y se pueden preparar con un par de horas de antelación, decorándolo con azúcar glasé en el último momento.