Esta deliciosa mousse de fresa y menta se prepara solo con un cacito y una batidora. Las fresas van cocinadas ligeramente, lo que le aporta a la mousse un sabor mucho más profundo a esta fruta, intenso. Después, el toque refrescante se lo aporta un picadillo de hojas de menta, que le dan un sabor muy original y apropiado para un postre refrescante que apetece todo el año.
Comenzaremos remojando las hojas de gelatina en un vaso con agua fría, las dejamos durante quince minutos para que ablanden bien. Seguidamente lavamos y cortamos las fresas en trozos pequeños y las ponemos a cocer durante diez minutos con el azúcar, aplastándolas cada poco con un tenedor. Apartamos del fuego y reservamos.
En un recipiente batimos la nata hasta que esté montada. Seguidamente escurrimos la gelatina y la derretimos durante cinco segundos a baja potencia en el microondas hasta que la veamos líquida, la añadimos al coulis de fresa, removemos y le picamos las hojas de menta muy menuditas.
Con cuidado le añadimos la nata montada y la incorporamos al coulis de fresa. Repartimos en los vasitos y dejamos refrigerar durante un mínimo de tres horas.
Con qué acompañar la mousse de fresa y menta
Esta mousse de fresa y menta a pesar de llevar nata es ligera y refrescante por lo que constituye un broche ideal para una comida o cena copiosa. Además al llevar la fruta cocinada y no importar la textura, la podemos realizar durante todo el año si hemos tenido la precaución de hacernos con unas fresas en temporada para guardar en el congelador. Podemos acompañarla con arándanos o grosellas, y un poco de coco rallado.
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