Decir que esta es una receta para emergencias sería estirar demasiado ese concepto, pero lo que no podemos negar es el poquísimo tiempo que requiere su elaboración. Popularizados como mug cakes, estos pasteles o bizcochos originalmente se hacen en tazas aptas para el microondas por pura comodidad, pero bien podríamos usar moldes de tipo ramekin o pequeños boles.
Es una receta adaptada de la australiana Donna Hay, que nos ofrece una versión sin gluten del clásico pudding de chocolate británico, a medio camino entre bizcocho húmedo y brownie. No tiene ninguna dificultad más allá de controlar la cocción en nuestro microondas para dar con el punto que más nos guste, dejándolo más o menos húmedo. En cualquier caso, para disfrutarlo como se merece hay que tomarlo recién hecho, con algún complemento frío que aporte constraste.
Hemos reducido el dulzor original para dar más protagonismo al sabor del dadao, añadiendo un extra de chocolate picado a cuchillo. Si se prefiere una miga algo más esponjosa, se puede agregar una pizca de levadura química, aunque no es necesario. La textura buscada es más de pastel jugoso denso, no tango de bizcocho.
Disponer la mantequilla troceada en un cuenco apto para microondas con el cacao tamizado, el sirope y la leche. Calentar en el microondas a máxima potencia 30 segundos y remover bien para mezclar todo. Si aún estuviera la mantequilla algo sólida, calentar de nuevo en intervalos de 10 segundos.
Añadir el huevo, la vainilla, la sal y la almendra, mezclando con varillas o tenedor hasta homogeneizar. Incorporar el chocolate negro picado o en chips, mezclar suavemente y repartir en dos tazas engrasadas ligeramente con mantequilla. Deben estar llenas hasta no más de la mitad.
Calentar ambas a la vez en el microondas durante 1 minuto y 20 segundos en potencia máxima. Pinchar con un palillo en el centro; debería salir ligeramente manchado, pero no chorreando masa cruda. Volver a calentar en intervalos de 10 segundos si se prefiere más hecho.
Con qué acompañar el mug cake de chocolate sin gluten
Lo ideal es servir templado este rico pastel, todavía con el corazón húmedo, y coronarlo con nata montada, helado de vainilla, queso crema ligeramente endulzado o yogur griego, y unas frutas rojas o compota casera. Los más chocolateros preferirán triplicar el cacao con una salsa de chocolate derretido o sirope, y si somos muy golosos podemos añadir dulce de leche, toffee o caramelo líquido.
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