Cuando quiero un postre rápido y con el que no se falle nunca, siempre recurro a esta panacotta de chocolate con leche que suele hacer las delicias de niños y no tan niños. Me gusta que se pueda preparar con unas horas o incluso un día de antelación y así despreocuparme del postre hasta el momento de servirlo.
La panacotta es tan versátil que podemos prepararla con infinidad de sabores, yo en esta ocasión me he decantado por el chocolate con leche pues creo que es más del agrado de los pequeños de la casa que el chocolate negro, que siempre resulta más fuerte, y eran ellos los que ese día tenían mayoría en la mesa.
En un bol echamos las cucharadas de agua a temperatura ambiente y espolvoreamos la gelatina en polvo dejando que se rehidrate durante el tiempo que tardamos en preparar la base de la panacotta. Engrasamos cuatro ramequines o flaneritas con el aceite o la margarina.
En un cacito ponemos la nata líquida, el azúcar moreno y el chocolate con leche a fuego medio, removemos hasta que se derrita totalmente el chocolate y comience a hervir. En este momento añadimos la gelatina y mezclamos bien hasta que veamos una mezcla lisa.
Vertemos la mezcla en las flaneras colándola por un colador para que no vaya ningún grumo de gelatina. Dejamos enfriar y cuajar un mínimo de cuatro horas en el frigorífico antes de servir. Podéis desmoldarla o servirla en los mismos ramequines.
Con qué acompañar la pannacotta de chocolate con leche
La panacotta de chocolate con leche me gusta acompañarla de unos frutos del bosque que coloco justo en el momento de servir. Estos le aportan frescura a lo que ya de por sí es un postre denso. Creo que os va a encantar este contraste dulce y ácido con el punto caramelizado que le da el azúcar moreno.
En Directo al Paladar | Panacotta al cardamomo con melocotón
En Directo al Paladar | Panna cotta de azafrán y vainilla con salsa de arándanos: receta de postre sin horno y muy cremoso