La pannacotta es uno de mis postres preferidos, y si a eso le uno mi ingrediente estrella como es el chocolate, comprenderéis que la receta de hoy me pierde totalmente. La pannacotta de tres chocolates es sin duda un postre para contentar a todos y quedar bien seguro.
A diferencia de la tarta de tres chocolates, la pannacotta va cuajada con gelatina, lo que le da a cada capa de chocolate una textura particular, muy suave y menos densa. Perfecta para servir en vasitos como postre, aunque sin duda os aconsejo que hagáis alguno más que el número de comensales con los que contéis, porque van a repetir.
Los tres tipos de pannacotta se preparan de la misma manera, solo cambian las proporciones de los ingredientes. Vamos a preparar las tres elaboraciones seguidas, pero después debemos dejar cuajar cada capa con una diferencia de tiempo como os explico en las instrucciones de la receta.
Comenzamos poniendo a hidratar en tres boles con agua fría cada cantidad de hojas de gelatina que lleva cada capa, durante un mínimo de 10 minutos.
Para la pannacotta de chocolate negro. Ponemos en un cazo la leche y la nata, lo llevamos a ebullición suave, separamos del fuego y añadimos las hojas de gelatina escurridas. Removemos con unas varillas para que se disuelva y añadimos esta mezcla encima de la cobertura de chocolate negro, removiendo suavemente hasta que el chocolate se derrita.
Repartimos en seis vasitos de chupito a la misma altura. Dejamos enfriar en la nevera hasta que cuaje por lo menos durante dos horas.
Seguidamente preparamos la pannacotta de chocolate con leche y la de chocolate blanco de la misma manera que la anterior. Reservamos en dos boles, pero a temperatura ambiente para que no llegue a cuajar la gelatina.
Cuando la capa de chocolate negro esté cuajada, añadimos la de [chocolate con leche,metemos de nuevo en el frigorífico y por último vertemos la capa de chocolate blanco, dejando de nuevo cuajar en frío antes de servir.
Con qué acompañar la pannacotta de tres chocolates
La pannacotta de tres chocolates no necesita más acompañamiento pues ya es un postre completo de por si. Como leva unas cuantas horas de cuajad, debéis de prepararlo mejor el día antes de que lo queráis servir a vuestros comensales. Os va a sorprender su textura suave, y ligera.
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