Las galletas de chocolate y las pastas de mantequilla son mis preferidas. Ese sabor y regustillo tan bueno que dejan es adictivo, al menos para mí. Si además a las pastas de té les añadimos chocolate y almendra, la locura está servida.
La forma, el tipo de chocolate y el fruto seco, es totalmente aleatorio, así que lo podéis cambiar a vuestro antojo. Quedan ideales las avellanas, pistachos y almendras, pero cada uno puede dejar volar su imaginación totalmente.
Calentamos el horno a 150ºC. Batimos la mantequilla con el azúcar, la pizca de sal y la vainilla al gusto. Agregamos la clara de huevo y seguimos batiendo hasta formar una crema suave. Echamos la harina tamizada y mezclamos completamente.
Pasamos la masa a una manga pastelera con boquilla rizada. Sobre una bandeja de horno forrada de papel hacemos formas para cada pasta. Horneamos durante unos 15 o 20 minutos, hasta que las pastas estén ligeramente doradas.
Las pasamos a una rejilla y las dejamos enfriar completamente. Fundimos el chocolate y lo vertemos en un cuenco. Mojamos un extremo de cada pasta, lo espolvoreamos con almendra y dejamos reposar sobre una rejilla hasta que el chocolate se endurezca.
Con qué acompañar las pastas de té con chocolate y almendras
Estas pastas de té con chocolate y almendras conviene dejarlas preservadas de la humedad, como sucede con muchas galletas y pastas. De este modo seguirán crujientes, y, en este caso, el chocolate en perfecto estado. Son ideales para tomar con el té, así que ¡aprovechad!.