El pastel tierno de limón súper fácil que en mi familia llaman “peligrosamente delicioso” y no tiene gluten

En plena temporada de limones se nos suele olvidar que esta fruta brilla en invierno más que en verano, por mucho que nos empeñemos en vincularlo con los días de sol, playa y piscina. No nos lo vamos a comer a bocados -confieso que a veces lo hago-, así que tenemos excusa para darnos algún capricho dulce aprovechando su intenso sabor y aroma tan fresco, que ilumina los días fríos y grises borrascosos.

Y de las recetas que más me gusta repetir cuando no me quiero complicar es el pastel imposible de limón y coco, un nombre curioso que le dio Donna Hay para definir la textura tan peculiar que tiene, y lo riquísimo que está siendo súper sencillo de elaborar.

La masa cruda es muy húmeda y se puede hacer directamente en una batidora de vaso americana, robot de cocina o con minipimer de toda la vida, no lleva gluten y puedes hacerlo sin azúcar, con edulcorante líquido apto para hornear o usando eritritol. El sabor del coco es muy sutil pero sirve para dar mejor textura y potenciar el cítrico del limón, equilibrando su acidez.

La textura es ligeramente esponjosa pero algo húmeda, muy tierna y suave, muy agradable al paladar y que casi se devora solo a cucharadas. Por eso quien lo ha probado dice que es un peligro, demasiado rico al no empalagar ni ser pesado, y demasiado fácil para no tener la tentación de repetirlo todas las semanas.

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