Yo soy de las que recuerda los helados de la infancia con nostalgia, a pesar de que mis padres nos compraban de forma muy esporádica. Y aunque me seducían esos cartelones llenos de colores, y formas llamativas, los días de playa siempre íbamos a lo clásico, polos de limón. Hace mucho que no los compro porque ahora siempre los hago yo misma, y con estas 13 recetas de polos caseros espero que vosotros también os animéis.
Ahora se venden en cualquier parte y en muchos formatos, pero cuando yo era niña los moldes eran muy difíciles de encontrar. Una de mis tías los trajo de algún viaje y nos agasajaba a los peques con polos de limonada y horchata, ¡cómo disfrutábamos! Me parece bonito recuperar la sencillez de un polo casero hecho en familia, y además tenemos muchos sabores distintos para no aburrirnos.
Polos caseros: guía básica
Mi primer helado casero no podía ser más básico: una cuchara insertada en un yogur, sin quitar la tapa, y al congelador. Creo que cierta marca sacó algún año moldes de regalo con los que podías hacer polos más en condiciones-la forma del yogur terminaba siendo difícil de comer-, pero la idea era la misma.
Y es que para preparar polos caseros realmente solo se necesita un congelador y cualquier cosa que sirva de molde. Envases de otros productos lácteos, vasos de plástico, vasitos, moldes de mini pasteles, tarros pequeños... y a falta de palito, las cucharillas siempre funcionan bien.
Claro que hoy en día tenemos decenas de modelos de moldes para polos en cualquier tienda, hipermercado o chino de barrio. Los hay de mejor calidad y diseño, en tiendas especializadas de cocina, con formas clásicas de polo o diseños más imaginativos, imitando los helados comerciales.
Los polos de hielo no requieren más complicación que la paciencia de esperar a que congelen, ya que en principio no nos tiene que importar que formen cristales al solidificar. Cualquier líquido o semilíquido se puede congelar, pero si añadimos algún ingrediente cremoso o si usamos azúcar invertido la textura será más agradable.
Hay que procurar que los moldes estén limpios, que los palitos aguanten en el centro y que podamos colocarlos en el congelador sin volcar. Podemos añadir trocitos sólidos de fruta, galletas picadas o chocolate, incluso tenemos la opción de bañarlos en chocolate fundido al desmoldarlos. ¡Hay muchísimas opciones!
Polos con fruta, los más ligeros y refrescantes
Es verano, hace calor y tenemos una gran variedad de frutas en el mercado: blanco y en botella. Los polos caseros con fruta fresca o congelada son mis favoritos por su sencillez, tan ligeros y agradecidos cuando más aprietan las temperaturas.
Tenemos recetas muy simples, como los polos de cereza y coco, con la fruta hecha puré, pero también podemos hacerlos con zumo para evitar grumos, como en estos polos de maracuyá.
Para hacer polos un poco más completos y mejorar su textura mi opción favorita es añadir yogur. En estos polos de yogur griego y frambuesas podemos usar fruta congelada, entera, triturada o machacada a lo bruto. Si queréis un sabor más especial probad los polos de queso de cabra y cerezas, mucho más cremosos y con ese toque tan característico del queso.
Y para los amantes del chocolate que no quieran renunciar a un bocado ligero, los polos sencillos de plátano con chocolate son todo un acierto.
Polos para los muy golosos
Siempre defendemos las recetas más saludables, pero también hay verano para darse caprichos. Se pueden hacer polos algo más golosos con ingredientes que ya nos recuerdan más a un señor helado digno de heladería, casi más como un postre que como opción para resfrescarse.
Por ejemplo, estos polos de chocolate tienen una textura muy cremosa y fundente, gracias al añadido de lácteos ricos en grasa. Más frescos pero también melosos y sin tanto hielo son los polos de leche condensada y limón, que seguro quedan deliciosos también con zumo de lima.
Aún más irresistibles son estos helados cremosos de vainilla y cobertura de chocolate, imitando vilmente a los famosos helados que siempre nos quieren tentar con la suculenta publicidad. Son algo más elaborados, pero el resultado merece la pena. Claro que mucho más sencillos y originales son los polos de gominolas, una idea divertida para una fiesta con niños -y no tan niños-.
Polos para los más mayores
Quizá asociamos mucho los polos a los más pequeños, pero yo casi los veo triunfar más entre mayores. Ahora están viviendo una nueva juventud y cada año se ponen más de moda, con recetas que también van más allá de la simple fruta. Estos polos cremosos de fresa y yogur griego llevan un toque de licor que ayuda además a que no cristalicen tanto.
¿Os gustan los cócteles en verano? Se pueden convertir en polos estupendos, como demuestra esta receta de polos de mojito caseros, que además llevan menos alcohol que el combinado. Y si hablamos de alcohol y fruta, estos jugosos polos de sangría parecen tan obvios que no sé cómo no se han popularizado más en nuestro país. Finalmente, una receta sin alcohol pero de sabor más adulto, los polos de nectarina, plátano y té verde, combinación que no dejará indiferente a nadie.
Y vosotros, ¿sois aficionados a los polos? ¿Tenéis costumbre de hacerlos en casa? Si conocéis alguna receta especial o tenéis vuestro sabor favorito, no dudéis en compartirlo con nosotros en los comentarios.
En Directo al Paladar | Helados caseros: 11 recetas fáciles, rápidas y...¡sin heladera!
En Directo al Paladar | Bombones helados de queso y frambuesas. Receta fácil para un capricho de verano