Perfectas para quien busque una receta fácil de galletas caseras para las fiestas navideñas -o cuando sea-, estas delicadas pastas son un éxito asegurado para golosos. Con su distintiva forma de bolita nevada, estas delicias se conocen como polvorones mexicanos, galletas de boda (wedding cookies) o pastas de té rusas (russian teacakes); nombres aparte, son tremendamente sencillas de elaborar, no se necesitan reposos ni moldes, y tiene un aire navideño que las hace ideales para regalar u ofrecer a visitas.
La masa se prepara siguiendo el método tradicional de cremar mantequilla ablandada con azúcar, en este caso glasé, para obtener una base muy cremosa que nos dará una textura muy suave al hornearlas, característica potenciada gracias a la almendra molida. Pero es el acabado exterior el que proporciona esa sensación fundente al morderlas, ya que requieren doble rebozado en más azúcar, en caliente y finalmente ya enfriadas.
Precalentar el horno a 170ºC sin ventilador y preparar un par de bandejas con papel sulfurizado antiadherente. Disponer la mantequilla ablandada en un recipiente profundo con los 55 g de azúcar glasé, los aromas y la sal, y batir con batidora de varillas varios minutos hasta obtener una crema homogénea.
Añadir la almendra molida y la harina juntas, mejor si se pasan por un tamiz o colador fino, y batir un poco más a velocidad baja, hasta tener una masa homogénea sin grumos, blanda pero no pegajosa.
Con una cucharilla ir cogiendo porciones de masa y formar bolitas con las manos, dejándolas en las bandejas separadas por un par de centímetros. Hornear durante unos 15-20 minutos, hasta que estén firmes al tacto y empiecen a tostarse por los bordes de la base. Es mejor hornear una bandeja cada vez.
Mientras se hornean preparar un recipiente con 150-170 g de azúcar glasé y una rejilla enfriadora. Sacar las galletas y esperar unos instantes sobre sus bandejas hasta que no quemen, pero sigan calientes. Rebozar en el azúcar tres o cuatro unidades tibias y dejarlas enfriar sobre la rejilla.
Continuar el proceso hasta terminar con todas las galletas, siempre rebozándolas en caliente con suavidad para no romperlas. Una vez frías, espolvorear o rebozar con más azúcar glasé tamizado antes de guardar en recipientes herméticos.
Con qué acompañar los polvorones mexicanos
Sacar una bandeja de estas galletas con forma de bola de nieve con el café de la sobremesa alegrará la velada de los más golosos, y son perfectas para disfrutar con un espresso intenso o una infusión más terrosa, como un té rojo o un rooibos reconfortante. Son también una buena pareja de vinos dulces como el Oporto o un Jerez, incluso maridan bien con el tinto que hayamos abierto durante la comida. En realidad no necesitan ningún acompañamiento más que nuestro antojo de dulce cuando nos apetezca algo tierno con su fresco sabor a mantequilla.
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