Soy de la opinión de que no hay nada como la repostería casera para desayunar, aunque a veces de un poco de pereza y sea más fácil recurrir a la bollería industrial vale la pena invertir un poco de tiempo en preparar recetas como estas magdalenas de leche condensada.
Me encanta el sabor de este ingrediente. En ocasiones, sustituyo por él el azúcar del café con leche y os aseguro que el sabor es delicioso. Con esta receta conseguiréis una masa de bizcocho con un punto dulce distinto del habitual y que seguro que os engancha.
Empezamos batiendo los huevos con la leche condensada y el aceite oliva. Añadimos la ralladura de limón y batimos de nuevo. Incorporamos la harina con la levadura, previamente tamizadas y removemos con una espátula para que quede todo integrado.
Tapamos la mezcla con papel film y la guardamos en la nevera durante un par de horas, mejor si puede ser toda la noche. Rellenamos las cápsulas hasta las 3/3 partes, espolvoreamos un poco de azúcar sobre cada una de ellas.
Introducimos la bandeja en el horno precalentado a 180ºC y las cocemos durante unos 20 minutos o hasta que pinchando con un palillo este salga limpio. Abrimos el horno y las dejamos reposar 5 minutos antes de sacarlas para dejar que se enfríen completamente.
Con qué acompañar las magdalenas de leche condensada
Con esta receta de magdalenas de leche condensada obtenemos una masa muy esponjosa que es ideal para mojar en el café con leche de la mañana. Para que no se resequen demasiado, guardad las que os sobran en una bolsa hermética, de este modo se conservarán muy bien.