Si hay un dulce clásico de la bollería española que me gusta a rabiar, es la bayonesa. Esas planchas de hojaldre rellenas de cabello de ángel me hacen perder el sentido. Curiosamente, esta receta resulta verdaderamente sencilla de preparar en casa (siempre que usemos hojaldre listo para usar) y cabello de ángel en conserva. Un apaño de lo más decente si se tiene mucho antojo.
Básicamente, para elaborarla solo hay que cortar una lámina de hojaldre en dos mitades iguales, extender cabello de ángel sobre una de ellas, cubrir con la otra mitad y hornear. Se sirve en porciones cuadradas o rectangulares y, según qué locales, se prepara en distintos tamaños.
Cada vez es menos frecuente ver este tipo de dulce en las pastelerías, pero las más clásicas suelen seguir vendiendo bayonesas. A mi, particularmente, me gusta fina y con una cantidad de relleno suficiente como para notar que lo lleva. No obstante las de las pastelerías suelen ir mucho más cargadas de cabello de ángel de lo que podéis ver en la foto de portada. Al gusto de cada cual.
Extendemos la masa de hojaldre sobre el propio papel en el que viene envuelta y la cortamos por la mitad, en dos partes de igual tamaño. Extendemos el cabello de ángel por la superficie de una de ellas, dejando un centímetro de contorno sin cubrir, que pincelamos con huevo batido.
Colocamos la otra mitad encima, encajando bien para que coincidan, y presionamos ligeramente los bordes para que se peguen y no se separen en el horno. Pincelamos la superficie con más huevo batido, marcamos cuadrados del tamaño que queramos y pinchamos suavemente con un tenedor.
Transferimos la bayonesa a una bandeja de horno y la espolvoreamos con una mezcla de azúcar y canela molida (opcional). Colocamos la bandeja en la parte inferior del horno, precalentado a 210 ºC con calor arriba y abajo, y cocemos durante 10 minutos o hasta que la superficie esté dorada.
Retiramos la bandeja del horno y, antes de que la bayonesa se enfríe, colocamos otra bandeja de horno encima. Dejamos que su peso aplaste ligeramente la capa superior de hojaldre, remitiendo un poco y quedando más fina. Terminamos la bayonesa pintando la superficie con una fina capa de mermelada de albaricoque o melocotón. Una vez fría la cortamos y servimos.
Con qué acompañar la bayonesa de hojaldre y cabello de ángel
Personalmente, yo encuentro que la bayonesa de hojaldre y cabello de ángel está deliciosa por sí sola, pero acompañarla de un café es un acierto. Hacen un matrimonio perfecto, equilibrándose el amargor del uno con el dulzor de la otra. Genial para la merienda. Verás cómo vuelan de la bandeja en cero coma.
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