Me pierden los frutos secos, todos, pero en especial los pistachos, por eso no pude resistirme a preparar esta receta de bizcocho de pistachos que me pasó mi hermana. A mí me gusta encontrármelos troceados gruesos en la masa, pero podéis molerlos más finos si os gustan más.
Vigilad la cocción, pues si está demasiado tiempo en el horno obtendréis un resultado demasiado seco, queda mejor si se hornea menos tiempo, más esponjoso. Y, sobre todo, acordaos de comprar más pistachos de los necesarios, por si os entra las ganas de picotear mientras preparáis esta receta.
Empezamos triturando los pistachos sin que queden demasiado finos, para que cuando comamos el bizcocho notemos los trocitos. Los reservamos. A continuación tamizamos juntas la harina, la levadura, la canela y la sal. Las reservamos también.
En un bol batimos los huevos y el azúcar, hasta que la mezcla blanquee. Incorporamos poco a poco la mezcla de harina y levadura y batimos. Añadimos la nata y el aceite por separado, batimos. Por último, agregamos los pistachos y mezclamos con una cuchara.
Echamos la masa en un molde previamente engrasado con aceite o mantequilla. Horneamos unos 35 minutos o hasta que pinchando la masa con un palillo este salga limpio, a horno precalentado a 180ºC. Dejamos enfriar un poco antes de desmoldar y colocamos sobre una rejilla para que se enfríe completamente.
Con qué acompañar el bizcocho
Esta receta de bizcocho de pistachos es ideal para una merienda, acompañado de un té o café. Lo serví espolvoreado de azúcar molido, pero podéis decorarlo como queráis, con glasa, mermelada, nata semibatida. Os aseguro que está delicioso sea cual sea la terminación.
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