Si os gustan las masas crujientes os encantará esta receta de herraduras de avellana, pues son unas deliciosas galletitas que además resisten muy bien el paso del tiempo, pues se pueden conservar hasta cuatro semanas si se guardan en un recipiente hermético en un lugar fresco y seco.
Para mí resultaron una auténtica tentación, tanta, que la próxima vez que las prepare (porque repetiré seguro) haré el doble de cantidad y congelaré la mitad de la masa para otra vez, ahorrándome trabajo, algo que siempre se agradece. Os las recomiendo.
Ponemos las avellanas en un robot de cocina (yo lo hice con la Thermomix) y las trituramos. En un bol, ponemos todos los ingredientes menos la mantequilla y amasamos. Incorporamos la mantequilla y mezclamos pero sin amasar demasiado, lo justo para integrarlo todo.
Formamos una bola con la masa, la envolvemos con papel film y la guardamos media hora en la nevera. Sacamos la masa, formamos las herraduras (de unos 15 g de masa cada una, aproximadamente) y las vamos colocando sobre una bandeja de horno forrada con papel de cocina.
Metemos la bandeja en el horno y cocemos las herraduras unos 12 o 15 minutos a horno precalentado a 180ºC, vigilándolas para que no se quemen. Las dejamos enfriar y, por último, las espolvoreamos de azúcar glasé.
Con qué acompañar las herraduras de avellana
Esta receta de herraduras de avellana es ideal para cualquier ocasión, tanto para el desayuno como para la merienda o incluso como pastas para acompañar un humeante té. La próxima vez probaré con otro fruto seco, como nueces que también me gustan mucho. Ya os contaré cómo me gustan más.
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