Esta receta de mousse de chocolate es un ligero placer ideal para caprichos golosos, de esos que saben mejor compartidos con alguien especial. Aunque a veces tampoco viene mal permitirse caer en la tentación sin más compañía que la de uno mismo. Con su textura esponjosa y textura ligerísima, no tiene lácteos y sabe a puro chocolate.
Esta es una mousse auténtica, con sus burbujitas sedosas y ese sonido tan sugerente que se escucha al introducir cuidadosamente la cuchara. La clave para triunfar está en elegir un buen chocolate, evitando los que se anuncian como "especial postres" de supermercado, pues de su calidad dependerá el éxito de la receta. Según nuestra tolerancia al dulce podemos aventurarnos con porcentajes altos de cacao sin añadir más azúcar.
Ingredientes
- Chocolate negro 90 g
- Agua 45 ml
- Huevo L 3
- Esencia de vainilla 2.5 ml
- Azúcar glasé o coco para decorar (opcional)
Cómo hacer mousse de chocolate ligero
- Tiempo total 30 m
- Elaboración 20 m
- Cocción 10 m
- Reposo 2 h
Trocear el chocolate negro y colocarlo en un cazo o recipiente similar junto con el agua. Poner a calentar al baño maría hasta que se funda, mezclando bien para conseguir una textura lisa y homogénea. Dejar enfriar un poco.
Separar las yemas de las claras de los huevos. Batir ligeramente las yemas, añadir el chocolate fundido y seguir batiendo con unas varillas hasta que se integren bien. Aromatizar con la vainilla si se desea.
Con ayuda de una batidora de varillas, montar las claras separadas a punto de nieve. Añadir un par de cucharadas al chocolate, mezclando bien. Incorporar el resto de las claras montadas, integrándolas en la mezcla con mucha suavidad, siguiendo movimientos envolventes.
Repartir en cuatro moldes o pequeños recipientes -o dos moldes más grandes- y dejar enfriar en la nevera por lo menos dos o tres horas, antes de servir y de decorar con lo que nos apetezca.
Con qué acompañar la mousse de chocolate
Esta mousse de chocolate ligera se puede degustar en el momento de prepararla, pero ganará en sabor y textura si tenemos paciencia y la dejamos reposar en la nevera unas horas. La podemos servir con azúcar glasé, cacao en polvo, sprinkles, coco rallado, o incluso nata montada o helado, aunque eso ya multiplicará las calorías.
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