Quien me conoce bien sabe que me encanta perderme entre libros, por eso nadie se extraña si cuando hago una visita se me van los ojos hacia estanterías y librerías. El poder de atracción es mucho mayor si se trata de obras de cocina, y así fue cómo me encontré en casa de un familiar con la receta de las ovejitas del Santo Padre.
Este curioso nombre proviene al parecer de la tradición catalana de dulces de convento, y hace referencia a su miga blanca, tierna y esponjosa. Se trata de una receta al que sin duda el apelativo de divino le viene ideal, por delicado y dulce. Recetas así nos recuerdan que con pocos y sencillos ingredientes se pueden elaborar bocados deliciosos.
Precalentar el horno a 180ºC y preparar un molde rectangular poco profundo, de unos 37x25 cm. Para ello, cubrir con una capa de mantequilla o aceite, espolvorear con harina tamizada encima y dar unos golpes para retirar el exceso.
En un recipiente grande, verter uno de los huevos. Acercar otro cuenco más pequeño y separar las yemas de las claras de los demás, dejando las cinco claras aparte. Pesar 100 g de azúcar e incorporarlo a las yemas con el huevo entero.
Batir con ayuda de una batidora de varillas a velocidad alta, hasta que haya crecido y tenga un color pálido. Añadir la vainilla y batir un poco más.
Con las varillas bien limpias y secas, batir las claras a punto de nieve. Añadir los 50 g de azúcar restantes, una pizca de sal y seguir batiendo hasta que tenga una consistencia bien firme.
Incorporar las claras a las yemas, con suavidad. Tamizar encima la harina con la maizena, y trabajar la masa con cuidado, con movimientos envolventes y suaves, usando una espátula o lengüeta.
Verter en el molde e igualar la superficie con suavidad. Hornear sobre una rejilla durante unos 30-35 minutos, hasta que al pinchar con un palillo salga limpio. Dejar enfriar, desmoldar y cortar en porciones cuadradas de unos 5 cm de lado.
De forma opcional, se les puede dar un aspecto visual más bonito tostando su exterior. Para ello, colocar las porciones, ya frías y cortadas, en una bandeja y hornear unos instantes con el horno a máxima potencia, usando la opción del gratinador si se tiene. Vigilarlos muy de cerca para que no se quemen.
Con qué acompañar las ovejitas del Santo Padre
Las ovejitas del Santo Padre son un dulce bocado ideal tanto para tomar de postre como para la merienda, o incluso el desayuno. Su miga esponjosa y tierna acompaña muy bien a bebidas como el café, el té o un licor dulce y aromático.
En Directo al Paladar | Bizcocho de té matcha o té verde japonés: receta para una dulce merienda diferente (y esponjosa)
En Directo al Paladar | Bizcocho facilísimo de naranja: la receta de la chef Teresa Gutiérrez (y muchas formas de personalizarlo)
