Os aseguro que esta receta de pastel de polenta y fruta de la pasión os sorprenderá gratamente. Mis hijos, cuando ven que empiezo a sacar ingredientes para hacer un postre, están siempre pendientes por saber qué nueva receta voy a hacer. Si el ingrediente principal es chocolate respiran aliviados, por eso esta vez sus caras no eran de total convencimiento.
Polenta y fruta de la pasión no son ingredientes muy habituales de mi cocina, pero puedo afirmar que la combinación de ambos en esta receta es absolutamente deliciosa. La polenta confiere a este pastel una textura granulada, más gruesa que si sólo se usa harina, que me gustó mucho.
Empezamos batiendo las claras en un cuenco grande hasta que estén firmes. En otro cuenco, batimos las yemas con el azúcar hasta que estén espumosas y blanqueen. Añadimos la cáscara rallada de naranja, el zumo de fruta de la pasión, la vainilla y batimos hasta que la mezcla quede homogénea. Aparte, mezclamos la almendra, la polenta y la harina.
Con la ayuda de una cuchara de metal, incorporamos una cucharada grande de claras batidas a la mezcla de fruta de la pasión, mezclamos bien y luego añadimos el resto de claras realizando movimientos envolventes. A continuación incorporamos la preparación de almendras y volvemos a remover con movimientos envolventes.
Vertemos la mezcla en un molde de cremallera, previamente engrasado, y la horneamos a 170ºC unos 35 minutos o hasta que pinchando con una aguja esta salga limpia. Dejamos enfriar el pastel 15 minutos, lo desmoldamos y lo colocamos sobre una rejilla metálica para que se enfríe completamente.
Para preparar el almíbar, ponemos en un cazo pequeño la cáscara de naranja, el zumo de naranja, el zumo de fruta de la pasión y la miel. Llevamos a ebullición esta mezcla a fuego medio, después bajamos el fuego y la dejamos cocer unos cinco minutos a fuego lento.
Pasamos el pastel a una fuente y lo pinchamos en toda su superficie con una aguja. Vertemos aproximadamente un cuarto del almíbar caliente por encima, una vez que se haya absorbido vamos añadiendo el resto, hasta acabar con el almíbar. Dejamos reposar el pastel una hora aproximandamente.
Preparamos la salsa de brandy, poniendo la miel y el brandy en un cazo llevándolo a ebullición a fuego medio. Bajamos el fuego y lo dejamos cocer un minuto. Vamos añadiendo la mantequilla en dados, esperando a que cada uno se derrita antes de añadir el siguiente. Serviremos el pastel acompañado con la salsa.
Con qué acompañar el pastel de polenta y fruta de la pasión
Al preparar la receta de pastel de polenta con fruta de la pasión estuve a punto de no hacer la salsa que lo acompaña. Menos mal que al final me decidí, porque es el toque final que hace que la receta salga redonda. El pastel es poco esponjoso y la salsa de brandy, deliciosa, le da el punto de esponjosidad que necesita. Además su sabor es espectacular, creo que la usaré para otras recetas.
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