Teniendo ya claro que la horchata de chufa no es la única ni la primera documentada en nuestra cultura gastronómica, es muy fácil probar variantes jugando un poco con los ingredientes. Partiendo de nuestra receta de horchata de almendra proponemos utilizar la nuez para refrescar el verano con una deliciosa alternativa muy fácil de hacer en casa.
La diferencia entre una horchata y una bebida vegetal podemos establecerla en que la primera está concebida como un refresco más de consumo ocasional, es dulce y puede aromatizarse con ingredientes como vainilla, canela o limón. En nuestra horchata de nuez dejamos la cantidad de azúcar un poco al gusto personal, recomendando acostumbrar el paladar a bebidas menos dulces que además harán resaltar más el sabor puro a fruto seco.
En casa nos gusta más el toque acaramelado y tono más oscuro que dejan la panela o un azúcar moreno húmedo, aunque también hemos probado a endulzar la horchata con edulcorante, y si es tu opción, recomendamos la sucralosa líquida, que no deja sabor extraño y se mezcla muy fácilmente en bebidas frías; eso sí, cuidado al añadirlo pues es mucho más potente que el azúcar y apenas se necesitan unas gotas.
Es preferible partir de nueces con cáscara y abrirlas en casa, serán más sabrosas y frescas, pero podemos usar también envasadas ya peladas. Opcionalmente, sobre todo en el segundo caso, para potenciar su aroma podemos tostarlas ligeramente en una sartén grande sin aceite, a fuego suave, sin dejar que cojan color. Enfriar.
Lavar las nueces desechando el agua del grifo un par de veces y volver a cubrir con agua limpia abundante. Dejar a remojo entre cuatro y seis horas. Desechar ese agua y volver a enjuagar.
Disponer las nueces en el recipiente del utensilio que usemos para hacer bebidas vegetales, añadir un litro de agua y triturar con batidora tipo minipimer de mano hasta que todas las nueces estén bien molidas. Si no se tiene dicho utensilio, triturar en cualquier otro recipiente o usar un robot de cocina.
Colcar la mezcla usando el filtro del utensilio o una tela tipo muselina o especial para hacer queso, jaleas o yogur, procurando estrujar muy bien las nueces trituradas hasta dejar una pasta seca de pulpa. Probar y ajustar la cantidad de azúcar o edulcorante al gusto, y añadir un poco más de agua si se prefiene menos densa.
Para aromatizarla con el limón, simplemente dejar una piel lavada cortada sin parte blanca dentro mientras se enfría, o hacer lo mismo con unas ramas de canela o una vaina abierta de vainilla. Servir muy fría.
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Con qué acompañar la horchata nuez
La horchata de nuez hay que servirla muy fría, removiendo bien la mezcla antes por si se hubieran separando los componentes para homogeneizarla. Es un trago muy refrescante y sabroso perfecto para tomar sin más a cualquier hora del día, especialmente apetecible a media tarde como merienda en días de intenso calor. Podríamos acompañarla de unas galletas caseras, algú trocito de bizcocho o incluso fartons, como se suele hacer con la de chufa.
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