Si en todo el litoral mediterráneo de nuestro país somos apasionados de los cítricos, en algunas zonas de Italia tampoco se quedan atrás. Con Sicilia compartimos un buen pedazo de historia y también muchos puntos en común con su gastronomía, por eso no es de extrañar que nos seduzcan tantas de sus recetas más tradicionales, también en el apartado dulce.
El conocido como pan d'arancia, también llamado pan d'arancio según hemos leído en Cucchiaio d'Argento, es un pastel semejante a nuestros bizcochos caseros de toda la vida, en este caso rindiendo homenaje a la protagonista absoluta del mismo, la naranja. Un recetón para quien disfrute de dulces de miga jugosa y aromática, con un sabor intenso pero sin empalagar, en el que todos los componentes aromáticos de la fruta y su dulzor fresco natural se hacen notar en cada bocado.
La clave está en usar casi medio kilo de fruta entera, nada de exprimir el zumo o solo rallar parte de la piel. Las naranjas se trituran completas, simplemente retirando posibles huesos. Por tanto, conviene lavar muy bien las piezas, incluso aplicando un tratamiento de desinfección adecuado si se prefiere; quien tenga sus propias naranjas de la huerta puede ahorrárselo.
En mi caso particular tengo especial afición por la parte más amarga de las naranjas -la piel y el albedo- en combinación con la pulpa y el zumo dulces, por eso he preferido dejar trocitos enteros de la fruta que dieran más vidilla al pastel en su miga tierna, pero pueden triturarse por completo, si se prefiere, al modo más tradicional. Hemos repetido la receta más de una vez ya en casa también usando mandarinas, y queda igual de delicioso.
Precalentar el horno a 180 ºC con calor arriba y abajo o a 170 ºC con aire. Engrasar con mantequilla o aceite y harina tamizada un molde redondo de fondo desmontable de unos 22 cm de diámetro -o más grande, pero entonces quedará más fino-, sacudiendo el exceso de harina. Lavar a conciencia las naranjas y secarlas.
Trocear la fruta y sacar los huesos que puedan tener. Triturar con una batidora, robot o procesador de alimentos hasta dejar solo puré de naranja espeso, con pequeños trocitos de piel y pulpa si no importa encontrarse con ellos. Añadir el aceite, la leche, los huevos y el azúcar, y triturar un poco más hasta integrar.
Aparte tamizar en un recipiente grande la harina con la fécula -almidón de maíz o patata, o maizena-, la levadura química y la sal, formar un hueco y verter la primera masa húmeda poco a poco, mezclando con movimientos envolventes, hasta que no haya grumos secos. No batir en exceso.
Verter en el molde, romper las burbujas grandes que puedan aparecer y hornear a media altura durante unos 50 minutos, comprobando hacia el final el punto de cocción pinchando el centro con un palillo o brocheta. Esperar unos minutos fuera antes de desmoldar con cuidado y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
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Con qué acompañar el Pan d'arancia
El dulzor especial que tienen los arándanos combina muy bien con un pastel de naranja de este tipo. También le iría de fábula una compota de grosellas más ácidas o unas frambuesas, junto con una porción de crema agria o sour cream, yogur griego o, simplemente un café o vaso de leche con el desayuno la merienda.
En DAP | Bizcocho de naranja
En DAP | Bizcocho de mandarina
