Ya deberíamos saber que la miel no es un sustituto "saludable" del azúcar con el que tengamos carta blanca para endulzar cualquier cosa. Si nos gusta la miel de calidad es por sus cualidades organolépticas, su cultura y sus posibilidades culinarias, como en estas rosquillas al horno de miel, espelta y avena, con un carácter hogareño y rústico.
La textura crujiente pero suave y el gran aroma las convierte en todo un capricho algo nostálgico para los desayunos y meriendas. Insisto en la importancia de emplear una miel de calidad, a ser posible local, con la que podemos además jugar en función de la variedad de las flores. No tiene nada que ver una miel de azahar con otra de romero o de acacia, con tonalidades y aromas muy distintos.
Ingredientes
- Harina de espelta integral 200 g
- Harina de avena (o trigo sarraceno, o más espelta) 150 g
- Levadura química 4 g
- Copos de avena 70 g
- Canela molida 2 g
- Sal 2 g
- Miel 150 g
- Azúcar moreno (opcional, da un poco más de textura crujiente) 20 g
- Huevo a temperatura ambiente, ligeramente batido 1
- Mantequilla sin sal a temperatura ambiente 150 g
Cómo hacer rosquillas al horno de miel y espelta integral
- Tiempo total 27 m
- Elaboración 15 m
- Cocción 12 m
- Reposo 1 h
Disponer en un recipiente amplio la harina de espelta con la harina de avena, la levadura, los copos de avena, la canela molida y la sal, y mezclar con unas varillas. Formar un hueco en el centro y echar la miel, el azúcar moreno y el huevo, y batir un poco con batidora de varillas.
Echar finalmente la mantequilla atemporada cortada en trocitos y seguir batiendo hasta incorporarla por completo a la masa. Terminar de mezclar a mano con una espátula si fuera necesario. Dividir en dos porciones y envolver cada una en plástico film, aplanándolas bien con el rodillo.
Dejar reposar en la nevera, como mínimo una hora, mejor un poco más para que sean más fáciles de formar. En verano necesitaríamos un poco más de tiempo. Un rato antes de formarlas, precalentar el horno a 180º C y preparar dos bandejas con papel sulfurizado.
Trabajando una porción de masa cada vez, estirar sobre una superficie de trabajo limpia ligeramente enharinada. para que el rodillo no se pegue, usar el plástico film encima o una lámina de papel sulfurizado. Dejar un grosor de unos 5 mm y cortar los roscos con un cortador adecuado.
Repartir en las bandejas y continuar hasta terminar con toda la masa. Los círculos interiores podemos reamasarlos o también hornearlos tal cual, a modo de pequeñas galletas. Dejar un poco de espacio entre ellas.
Hornear una bandeja cada vez durante unos 10-12 minutos, hasta que estén doradas. El tiempo puede variar en función del tamaño. Esperar un minuto o dos fuera del horno antes de trasladar a una rejilla para que se enfríen por completo.
Con qué acompañar las rosquillas al horno de miel, espelta y avena
Indudablemente, estas aromáticas rosquillas nacieron para acompañar una buena taza de leche o bebida vegetal, café, capuccino, té o cualquier infusión. Están deliciosas también con un cacao espumoso caliente, sin endulzar, o acompañadas de fruta fresca en el desayuno. En un recipiente hermético se conservan muy bien durante varios días.
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