Nunca había preparado este postre y tengo que deciros que me ha encantado por la facilidad con que se prepara y por ese sabor rústico de los dulces caseros. El sanciaux de manzana es un crepe típico de la localidad francesa de Bourges, y me ha conquistado totalmente pues es ideal para preparar si tenemos invitados de forma inesperada.
Este crepe con fruta nació como un plato económico que los jornaleros del campo comían por lo general por la mañana después de la sopa, con el tiempo el sanciaux se convirtió en un postre o una deliciosa merienda-cena.
Comenzaremos preparando la masa, para ello en una jarra echamos la harina, el huevo, la sal y la leche, batimos con una batidora hasta formar una masa ligera. La dejaremos reposar una hora.
Mientras pelamos y cortamos las manzanas en lonchas un poco gruesas, colocamos una sartén antiadherente de 24 cm de diámetro al fuego y echamos la mantequilla. Cuando esté fundida agregamos las manzanas y las salteamos hasta que las veamos blandas.
Le añadimos el azúcar (también podemos usar miel en igualdad de peso) y dejamos que se caramelicen. Cuando las veamos caramelizadas añadimos el licor de manzana o el Calvados y dejamos que se evapore unos minutos.
Agregamos la masa y dejamos que se haga durante siete minutos, con cuidado le damos la vuelta como una tortilla y la dejamos durante otros cinco minutos más por el otro lado. Servimos bien caliente nuestro sanciaux espolvoreado de azúcar.
Con qué acompañar el sanciaux de manzana
El sanciaux de manzana es un plato tradicional que creo va gustar a todo el mundo, servirlo bien caliente para poder saborear la manzana caramelizada acompañada de la textura blanda y suave de la masa de crepe. Una bola de helado cremoso de vainilla que contraste en temperatura con el sanciaux es un acompañamiento muy acertado, así como una crema inglesa u otra salsa suave.