Solo dos ingredientes, un congelador y una batidora -o robot- te separan de un postre tan refrescante como delicioso. Te tiene que gustar la piña, claro, pero si disfrutas del sabor tropical de esta fruta, este sorbete meloso se puede convertir en tu arma secreta cuando más aprieta el calor. Y sería también un postre magnífico para cualquier menú de celebración. Con el sabor del coco tenemos un caballo ganador, como demuestran cócteles como el Malibú con piña.
Por su concepto entraría en el grupo de los llamados nicecreams, helados saludables que más bien son sorbetes, pues su base siempre es fruta congelada y no suelen añadir azúcares. Muchos parten del plátano como ingrediente esencial, gracias a que proporciona una textura cremosa y gran dulzor cuando está maduro, pero esta versión le da a la piña todo el protagonismo.
Dependiendo de si usas una batidora de vaso, un procesador de alimentos o un robot de cocina, tendrás que triturar más o menos tiempo, y quizá trabajar en tandas en función de la capacidad del aparato. En realidad podríamos hacer el sorbete solo con piña, pero el agua de coco ayuda a conseguir una textura más cremosa y equilibra el sabor con su toque también tropical.
Si prefieres un granizado, corta la piña mucho más pequeña antes de congelarla y tritúrala con algunos cubitos de hielo, añadiendo el agua de coco solo al servir. Otra opción es hacer un helado más cremoso, usando leche de coco en su lugar. Los ingredientes añadidos son opcionales, pero un toque de hierbas naturales potencian más el poder refrescante y aromático de este sorbete.
Ingredientes
- Piña natural 700 g
- Agua de coco 150 ml
- Ralladura de limón o lima, al gusto
- Albahaca o menta o hierbabuena (hojas) 2
- Cúrcuma molida una pizca (opcional)
Cómo hacer sorbete de piña y coco saludable
- Tiempo total 15 m
- Elaboración 15 m
- Reposo 2 h
Pelar y cortar la piña en cubos pequeños, desechando la parte central si estuviera muy dura o fibrosa. Pesar unos 700-720 g y congelar en una bolsa hermética hasta que esté bien sólida, mínimo dos horas, mejor de un día para otro.
Si la piña está excesivamente congelada formando un bloque muy duro -a veces genera humedad y escarcha al congelarse, cuando se deja muchos días-, poner en un colador y echar agua del grifo por encima para separar los cubos congelados; disponer en el vaso de una batidora o robot de cocina potente.
Comenzar a triturar -si tiene función picar hielo, es muy útil-, removiendo cuando haga falta si se atascan las cuchillas. Cuando empiece a estar picada, agregar agua de coco poco a poco y seguir triturando hasta tener una textura de sorbete cremoso.
Agregar los ingredientes opcionales si se desea, triturar un poco más y servir inmediatamente.
Con qué acompañar el sorbete
Puedes dejar el toque de las hierbas frescas para añadirlo solo al servir, de tal modo que cada comensal se ponga a su gusto, si le apetece. Hay que tomar este sorbete de piña rápidamente al instante para mantener su textura semicongelada, aunque siempre se pueden llevar al congelador las raciones servidas en copas unos minutos para recuperar un poco el frío, si hace mucho calor. No necesitan más acompañamiento que, si acaso, algún topping crujiente, como frutos secos picados tostados o láminas de coco.
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