En la repostería y pastelería alemana hay un pastel muy popular que se conoce como streuselkuchen. El nombre le viene de su elaboración principal, que es el streusel. El protagonista de hoy no es -nada más y nada menos- que una mezcla de tres ingredientes, harina, azúcar y mantequilla, que se trabajan con los dedos y dan lugar a una masa desmigada.
Buscamos "streusel" en el diccionario y, en su traducción, nos encontramos con que el término procede del verbo "streuen" y que significa esparcir o espolvorear,...que es, precisamente, para lo que se usa la criatura. Con ella se cubren pasteles, tartas, panes, galletas, bizcochos, muffins y demás elaboraciones dulces. A su paso por el horno, esta capa se vuelve crujiente y aporta una textura irresistible, por no mencionar un toque dulce soberbio.
Es posible que te estés preguntando si streusel es lo mismo que crumble. La respuesta es sí, ambos se elaboran con la misma fórmula, pero hay un pequeño matiz que los diferencia. Mientras que el streusel es únicamente la cobertura que se esparce sobre tartas y pasteles, el crumble hace referencia a la elaboración entera, es decir, al postre con base de fruta y cobertura crujiente tradicional de la repostería británica.
Si todavía te asaltan las dudas, echa un vistazo a estas recetas y verás lo rápido que se disipan. Y si no tienes ninguna, que te sirvan de inspiración para futuros postres caseros.
- Pastel streusel de frutas de verano
- Pastel con streusel de manzana
- Muffins con streusel de canela
- Crumble de pera y plátano
- Crumble de frutos del bosque
- Apple crumble o crubmble de manzana
Mezclamos en un cuenco la harina, el azúcar y la mantequilla cortada en dados y bien fría. Trabajamos con las yemas de los dedos hasta homogeneizar y conseguir una textura similar a migas. No hay que amasar, ojo con esto.
En este momento podemos cubrir el cuenco con papel film y guardar el streusel en la nevera. El frío le viene bien, pues la mantequilla endurecerá y las migas quedarán más compactas cuando lo usemos. No obstante, también lo podemos usar directamente y cubrir con él la elaboración que tengamos en mente.
Otra opción es hornearlo solo, esparcido sobre una bandeja de horno cubierta con papel vegetal. En este caso lo introducimos en el horno, precalentado a 180-190ºC y lo cocemos durante 15-20 minutos o hasta que se vea ligeramente dorado. Lo podemos remover a media cocción para que quede más homogéneo.
Una vez listo, dejamos que el streusel se enfríe en la misma bandeja antes de usar o, principalmente, antes de guardar. Aguanta en perfecto estado si usamos un recipiente hermético y lo metemos en un armario alejado de la humedad. Al fin y al cabo es como una galleta, así que hay que aplicarle los mismos cuidados de conservación.
Cómo aromatizar el streusel
Además de la fórmula básica, que está de muerte lenta, el streusel se puede aromatizar de distintas formas y con ello conseguir matices de sabor y textura interesantes. Con canela o jengibre molidos, esencia de vainilla, frutos secos picados, avena en copos, frutas deshidratadas,...
Podemos hacer streusel chocolateado añadiendo 25 gramos de cacao puro en polvo a la masa (a través de un tamiz) y eliminando esta misma cantidad de harina de trigo para no descompensar las cantidades de la fórmula básica. Usaríamos, entonces, 225 g de harina de trigo + 25 g de cacao en polvo.
Cómo utilizar el streusel
Tradicionalmente el streusel se utiliza para cubrir tartas, pasteles, bizcochos y panes dulces típicos de la repostería alemana y otros países como Dinamarca, Suecia, Polonia y República Checa.
A mi, personalmente, me gusta hornearlo por sí solo y guardarlo en un recipiente hermético que evite que se reblandezca y pierda su textura crujiente.
Con estas migas decoro postres como las natillas de naranja, pero también lo uso para montar postres en vasito, intercalando estas migas dulces con frutas, cremas, etc. Es ideal también para espolvorear sobre helados, yogur, mousses de todo tipo, etc. ¡El límite lo pone la imaginación!
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