Me hace mucha gracia cuando se bautiza una receta con un nombre tan original como el de esta tarta brow-kies, pero se llame como se llame lo cierto es que está de muerte y pienso repetirla muchas veces más. Si sois fans del chocolate no podéis dejar de probarla, os aseguro que causa total adicción.
Os explico cómo hacerla con y sin Thermomix, para que tengáis todas las facilidades posibles según el electrodoméstico que uséis habitualmente. Ya sé que tentaros con tan atractiva propuesta estando tan cerca las fiestas navideñas es una malicia, pero si sabéis resistir la tentación, guardadla y hacedla para una ocasión especial, vale la pena.
Empezamos precalentando el horno a 180ºC y engrasando con mantequilla un molde de, aproximadamente, 20x30 cm. Empezamos con la capa de cookies. Trituramos el chocolate con un robot de cocina. Si lo hacemos con la Thermomix, troceamos 4 seg/vel 6. Reservamos.
Batimos la mantequilla con los azúcares, el huevo y la vainilla. Si lo hacemos con la Thermomix mezclamos 2 min/vel 3. Añadimos la harina, el bicarbonato, la levadura y la sal y volvemos a batir. Con la Thermomix mezclamos 40 seg/vel 4. Incorporamos el chocolate troceado y volvemos a batir. Con la Thermomix mezclamos 30 seg/vel 2.
Vertemos esta mezcla en el molde que teníamos reservado, cubriendo el fondo, y sobre ella repartirmos las galletas Oreo. Después, pasamos a preparar la capa de brownie.
Batimos la mantequilla con el azúcar, los huevos, la harina y el chocolate. Si usamos la Thermomix, mezclamos 30 seg/vel 5 y bajamos los ingredientes al fondo del vaso con la espátula. Añadimos las nueces y removemos. Si usamos la Thermomix, mezclamos 20 seg/vel 3. Vertemos esta mezcla en el molde y repartimos para que cubra todas las galletas.
Horneamos durante 30 o 35 minutos (según el horno). Retiramos del horno, dejamos templar unos 20 minutos y servimos.
Con qué acompañar la tarta de brow-kies
Esta deliciosa tarta de brow-kies estará deliciosa con cualquier cosa que la acompañéis. Si la servís en la merienda puede ser con leche fría, un chocolate a la taza, café o té. Si la servís como postre, después de una comida o una cena, podéis servirla con una bola de helado o un par de cucharadas de nata montada.