Tartas de queso y magdalenas habremos elaborado cientos en nuestra vida dado que son unos de los postres más sencillos y más ricos con los que nos inicié en la cocina. Esta receta de tarta de ricotta o requesón es una de esas tantas que hemos probado y que nos encanta.
Para la receta utilizamos ricotta propiamente dicha, pero si no lo encontráis en vuestras tiendas habitualies de alimentación, podéis sustituirlo por requesón. No dudéis en intercambiar el ingrediente porque no hay problema.
Calentamos el horno a 160º con calor arriba abajo. Batimos la mantequilla con el azúcar y la ralladura hasta obtener una crema suave. Agregamos las yemas de huevo una a una mientras seguimos batiendo, el requesón, el zumo de limón y la pizca de sal.
Espolvoreamos la harina unida a la levadura tamizadas y unimos todo hasta tener una crema homogénea. Por último, mezclamos con cuidado las claras de los tres huevos, previamente montadas a punto de nieve.
Vertemos la masa en un molde engrasado de entre 20 y 23 centímetros como mucho y horneamos durante unos 45 minutos o hasta que comprobemos con un palillo en el centro de la tarta que está hecha.
Sacamos del horno, dejamos reposar cinco minutos antes de desmoldar y esperamos que la tarta se enfríe antes de servirla. Con frutas, helado o confitura casera resulta una delicia.
Con qué acompañar la tarta de queso ricotta
La tarta de queso ricotta o requesón es una receta sencilla de hacer a pesar de tener varios pasos. El resultado merece la pena ya que es una tarta muy suavecita y con una textura muy especial. En este caso la he acompañado de una compota natural de arándanos frescos y unos physalis al natural.