No me canso de probar recetas de postres con fruta, así que cuando he encontrado esta tarta fina de manzana y chocolate blanco la he incorporado rápidamente a mi recetario. Por su suavidad y frescor es ideal para terminar de manera dulce cualquier comida.
Además de su sabor, es tan sencilla de realizar que cualquiera puede prepararla aunque no sea demasiado experto en repostería. Yo en esta ocasión he utilizado una manzana ácida y crujiente como la de la variedad Pink Lady, pero por supuesto que podéis emplear cualquier tipo que os guste.
Comenzaremos lavando y pelando las manzanas y cortándolas en cuartos y después en rodajas finas, las reservamos en un plato rociándolas con el zumo de limón. Engrasamos el molde y colocamos la mitad de las manzanas en un molde de trata desmontable. Precalentamos el horno a 180 grados.
Por otra parte calentamos la nata en el microondas durante medio minuto y le añadimos el chocolate blanco troceado, removiendo bien hasta que se disuelva. Si no se derrite podemos poner la mezcla otros 20 segundos al microondas hasta que el chocolate esté completamente fundido. Dejamos templar la mezcla unos minutos.
Entonces le añadimos el huevo, después la harina y el bicarbonato, mezclamos y vertemos sobre las manzanas. Añadimos el resto de rodajas de manzana, espolvoreamos con el azúcar moreno y horneamos durante 15 minutos.
Con qué acompañar la tarta fina de manzana y chocolate blanco
La tarta fina de manzana y chocolate blanco es ideal para un antojo dulce. Sin ser pesada por la presencia de fruta, es capaz de gustar a todo el mundo por su mezcla dulce y fresca al mismo tiempo. Como es una tarta sin base, lo mejor es servirla cortándola directamente del molde y no intentar desmoldarla.
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