Desde el otro lado de la pantalla me llegan vibraciones que lo dejan bien claro. Noto que no tenéis ganas de encender el horno, que sólo de pensarlo os derretís. Sin embargo, también noto que os apetece daros un capricho dulce, refrescante, casero y que no os lleve horas preparar. Por si os faltan las ideas, propongo que probéis a hacer unas deliciosas tartaletas de lima y queso crema.
Son una versión del tradicional key lime pie norteamericano, pero sin presencia de huevo entre sus ingredientes y con el añadido de queso crema como sustituto. Podemos hacer estas tartaletas de lima y queso crema más deliciosas todavía si utilizamos queso mascarpone. Entonces nos harán la ola cuando las sirvamos, pero resultarán más caras. Lo mismo...¿para un día especial?
Fundimos la mantequilla en el microondas, a baja potencia y golpes cortos de calor, o en un cacito al fuego. Trituramos las galletas en un robot de cocina junto con las almendras, agregamos la mantequilla fundida y trituramos de nuevo hasta conseguir una masa homogénea. Podemos especiar la mezcla con un poco de canela, jengibre, nuez moscada, cardamomo, etc. El resultado es increíble.
Extendemos la masa sobre la base y laterales de cuatro moldes para tartaleta, con ayuda de los dedos y procurando que quede de igual grosor por toda la superficie. Si lo preferimos podemos cubrir un sólo molde y hacer una tarta grande que porcionar en el momento de servir. Esto es totalmente opcional. A vuestro gusto y según lo que tengáis a mano.
Introducimos los moldes en la nevera para que se enfríen y endurezcan. Con 30 minutos será suficiente, pero si tenemos prisa podemos usar el congelador y reducir el tiempo a la mitad. Mientras las bases se enfrían y toman cuerpo, preparamos el relleno de la tarta. Para ello, rallamos y exprimimos las cuatro limas. Reservamos la ralladura por un lado y el zumo por otro.
En un cuenco amplio, con ayuda de unas varillas metálicas, mezclamos el queso crema y la ralladura de lima. Trabajamos la mezcla durante un minuto para que se atempere y, a continuación, incorporamos la leche condensada. Seguimos batiendo con las varillas hasta obtener una mezcla homogénea. Por último, agregamos el zumo de lima y mezclamos bien.
En este momento, la mezcla comenzará a espesar por efecto del zumo de lima así que, sin perder tiempo, sacamos los moldes de tartaleta de la nevera y los rellenamos con la mezcla. Alisamos la superficie para que quede bien bonita e introducimos las tartaletas de nuevo en la nevera. Dejamos que cuajen durante, al menos, seis horas o, mejor aún, toda la noche.
Con qué acompañar las tartaletas de lima y queso crema
Si queréis rematar una comida no demasiado copiosa con un dulce glorioso, estas tartaletas de lima y queso crema son lo que necesitáis. Cremosas en boca y ligeramente ácidas, desaparecerán del plato en un abrir y cerrar de ojos. También se pueden servir a media tarde, junto con un vaso de leche bien fresquita, para una merienda completa y diferente.
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