Estas tartaletas de uvas y crema son ideales para aprovechar cualquier resto de fruta que tengamos por casa dado que se puede intercambiar por infinidad de ellas. Si no tenéis uvas a mano, pero sí que hay fresas, arándanos, mandarinas, etc en vuestra nevera, probad a usarlas en su lugar. Quedarán igual de ricas y, con un poco de maña, lucidas.
Un clásico de la repostería que resulta más fácil de preparar de lo que imagináis. Sobre todo porque nuestra receta de tartaletas de uvas y crema lleva una base de galletas y mantequilla sin complicaciones que se prepara en un abrir y cerrar de ojos. Si no tenéis moldes individuales, usad uno grande y porcionar a la hora de servir.
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Trituramos las galletas hasta hacerlas polvo y las mezclamos con la mantequilla fundida hasta formar una masa. Rellenamos la base de las tartaletas y conservamos en el frigorífico mientras hacemos el relleno. Calentamos lentamente la leche, reservando un poco, con 45 g de azúcar y las semillas de la vaina de vainilla. En un recipiente aparte, mezclamos la leche reservada con la harina fina de maíz, hasta que no quede ningún grumo.
Batimos un poco las yemas y las agregamos. Cuando la leche del cazo comience a hervir, retiramos unos segundos para echar la mezcla de yemas. Llevamos de nuevo a ebullición, removiendo continuamente hasta que espese. Dejamos templar. Sacamos las tartaletas del frigorífico y cubrimos con un poco de crema. Colocamos encima las uvas y las frambuesas. Llevamos a la nevera mientras hacemos la cobertura.
En un cazo echamos el agua y el azúcar y sin remover llevamos a ebullición. Echamos entonces la gelatina y el licor y removemos para que se integre perfectamente. Dejamos templar unos minutos y con cuidado echamos sobre cada tartaleta con ayuda de una cuchara hasta cubrir. Refrigeramos unas horas antes de consumir. Adornamos con menta si lo deseamos.
Con qué acompañar las tartaletas de uvas y crema
Estas tartaletas de uvas y crema son un postre perfecto después de una comida especial por ejemplo, ya que estéticamente son muy bonitas, así que visten la mesa en cualquier evento en familia que tengamos. Se toman tal cual aunque se pueden acompañar de un poco de helado de vainilla.