Lo siento, pero si todavía no habéis preparado un postre para celebrar Halloween ya no tenéis excusa para libraros, porque la receta que os propongo es tan tan fácil de hacer y se invierte tan poco tiempo en tenerla lista que solo por eso ya vale la pena hacerla. Además, con esta tarta zombi podéis dar rienda suelta a vuestras dotes artísticas.
No os podéis imaginar lo bien que me lo pasé con mis sobrinos decidiendo dónde íbamos a romper la masa para hacer la boca, los ojos o las cicatrices. Si tenéis niños en casa no dudéis en pedirles que os ayuden, les encantará hacerlo. Para el relleno podéis usar vuestro sabor de mermelada preferido, pero mejor de color rojo: fresas, frambuesas o cerezas. Así el efecto es mayor.
Extendemos una de las láminas de masa brisa en un molde de 20 cm forrado con una hoja de papel de horno. Rellenamos con la mermelada que hayamos escogido. Cubrimos con la otra lámina de masa brisa y con ayuda de un cuchillo afilado dibujamos la cara del zombi.
Procurad que salga un poco de mermelada del relleno, de este modo el efecto será más realista. Por último, pintamos con la yema batida y horneamos unos 40 a horno precalentado a 180ºC.
Con qué acompañar la tarta zombi
Si pensáis servir esta tarta zombi en la merienda, lo mejor es que la acompañéis con un vaso de leche fría para los niños o un té para los mayores. En Directo al Paladar tenemos muchas recetas que podéis combinar con esta tarta para hacer una preparar una divertida propuesta de media tarde para los niños y no tan niños.