No conozco a nadie que no le gusten las trufas. Amantes del chocolate o no, estos bocaditos elaborados a base de nata, chocolate y mantequilla (principalmente) son suaves y se funden en la boca, lo que los convierte en un boccato di cardinale. Las trufas al ron son una variante de las clásicas trufas, alegradas con un poco de licor para darles un punto canalla muy divertido.
Son fáciles de preparar, la mezcla está lista en 15 minutos y solo requiere un tiempo de reposo en la nevera para que tome cuerpo y endurezca. El momento de bolear las trufas al ron es el más delicado y requiere trabajar con rapidez para no reblandecer la masa en exceso con las manos, pero una vez salvado este obstáculo es cosa de coser y cantar.
Calentamos la nata líquida en un cacito y, antes de que comience a hervir, añadimos el chocolate troceado y el azúcar glasé. Retiramos del fuego, tapamos y dejamos reposar 15 minutos. Transcurrido este tiempo incorporamos la mantequilla, las yemas de huevo y, por último, el ron añejo. Removemos hasta obtener una mezcla homogénea que trasladamos a un recipiente limpio y guardamos en la nevera un mínimo de cuatro horas (mejor si es toda la noche).
Para formar las trufas tomamos pequeñas porciones de la masa (como de media nuez de tamaño) y boleamos con suavidad. Las colocamos en un plato cubierto con cacao en polvo, meneamos el plato de forma circular para que se rebocen bien por todos sus lados y las pasamos a un recipiente hermético. Guardamos en la nevera hasta el momento de consumir.
Con qué acompañar las trufas al ron
Los amantes del chocolate pensaréis que cualquier momento es bueno para disfrutar de estas trufas al ron y no seremos nosotros quienes os llevemos la contraria. No obstante, el café de sobremesa nos resulta el acompañamiento y momento perfectos para saborearlas.
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