Una de las cosas que nunca falta en nuestra mesa en Navidad son los turrones y las trufas. Los demás dulces no nos atraen mucho, a no ser que hablemos de bollería o masas fermentadas, pero el resto no nos entusiasma especialmente. Cada año hago trufas variadas según el momento o los ingredientes que tenga por casa y esta receta de trufas de Baileys y avellanas es una de nuestra favorita.
Por supuesto no las recomiendo para niños ya que contienen licor, pero también podéis suprimirlo sin problemas, así las hacéis aptas para todos. En caso de no querer utilizar un chocolate fuerte como el que propongo, tenéis que poner menos nata en la mezcla si no quedará menos cuajada.
Hervimos la nata y la mezclamos con el chocolate troceado. Removemos hasta que el chocolate se derrita y obtengamos una mezcla homogénea. Agregamos la mantequilla, el licor y las avellanas. Mezclamos todo perfectamente y vertemos en una fuente. Refrigeramos unas horas o toda la noche.
Una vez reposada la masa de trufa echamos en un plato abundante cacao en polvo. Hacemos bolitas de masa cogiendo porciones con una cucharilla y las pasamos por el cacao. Vamos colocando las trufas en papeles o blondas y refrigeramos al menos durante dos horas antes se consumirlas.
Con qué acompañar las trufas de Baileys y avellanas
Estas trufas de Baileys y avellanas son perfectas para tomar como postre cualquier día de Navidad. Se pueden presentar perfectamente en la bandeja de postres junto a los turrones y dulces navideños o bien servirlas con el café. Se conservan en perfecto estado refrigeradas varios días en un túper bien aisladas de la humedad.
