21 productos que solemos comprar hechos pero puedes hacer tú mismo este confinamiento (y también cuando pase)

Por entretenimiento o por pura necesidad, estas semanas de confinamiento en casa nos han llevado a redescubrir la cocina. Enfrascarse en proyectos culinarios es una manera estupenda de abstraerse del mundo y relajarse en una actividad perfecta tanto para hacer en familia como en solitario, y tiene sabrosas recompensas.

Dejando a un lado los bizcochos, si algo nos ha enseñado la cuarentena es que son muchos los productos que antes solíamos comprar casi a diario, pero que podemos volver a hacer en casa. Salsas, aperitivos, masas, mermeladas y conservas... La mayoría de estos alimentos son muy sencillos de elaborar y podremos seguir preparándolos cuando pase el estado el alarma.

Mermeladas y chutneys

El final del verano suele ser la época más propicia para elaborar mermeladas, pero en realidad podemos disfrutarlas todo el año. Adaptando nuestra técnica a cada temporada, podremos disfrutar de estas dulces conservas con sabores y productos diferentes, y tendremos una despensa bien surtida, también quizá para regalar.

Es importante recordar los consejos generales y tener unos cuidados mínimos en el envasado y esterilización, sin olvidar anotar bien la fecha. Para hacer una buena mermelada solo hay falta buena materia prima, azúcar y un poco de paciencia, aunque también podemos emplear azúcar gelificante, pectina o un poco de gelatina.

Crackers y galletas saladas

Las galletitas saladas de picoteo son un peligro cuando uno no sabe parar al abrir el paquete. Elaborarlas en casa nos hará ser más comedidos y además podemos hacerlas mucho más saludables y nutritivas, sin renunciar al sabor y esa irresistible textura crujiente. Los llamados crackers son perfectos para acompañar el momento del aperitivo o combinar con quesos.

Frutos secos tostados o fritos

Otro clásico del aperitivo que resulta muy económico elaborar en casa. Las mezclas de picoteo ya envasadas suelen tener calorías de más y poco saludables, al estar habitualmente fritos, con aceites dudosos, y llevar además enormes cantidades de sal. La versión tostada al natural es mejor, pero nos sale mucho más barato hacerlo nosotros mismos, y podemos darles el toque de sabor y aroma que más nos guste.

Palomitas

Quien eche de menos el ritual de ir al cine seguro que estará disfrutando de palomitas en casa para las sesiones de películas o series en el salón. En realidad son un picoteo fabuloso para disfrutar por sí solo, y hacerlas caseras no tiene ninguna dificultad. Al microondas o en sartén, podemos ponerlas al punto de sal que queramos o darles mucho sabor con versiones delicatessen.

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Encurtidos

Los encurtidos son elaboraciones de tradición muy antigua que jamás pasarán de moda por su delicioso sabor. De estos productos sí merece la pena tener la despensa llena con buen género comercial, pero también podemos hacer versiones caseras rápidas y sencillas. Saludables y versátiles, pueden transformar por completo nuestras verduras.

Caldo casero

Sopas, cremas, arroces, paellas, estofados, salsas, potajes... son muchas las recetas que mejoran enormemente si usamos caldo en lugar de solo agua. De carne, pollo o pescado, las versiones envasadas comerciales son mediocres o nada económicas, mientras que los caldos caseros se pueden elaborar aprovechando partes inservibles de diversos productos.

Aunque de entrada puede dar pereza hacer nuestros caldos, una vez nos ponemos manos a la obra nos daremos cuenta de que apenas requiere trabajo y que los resultados siempre merecen el mínimo esfuerzo. Congelando en porciones tendremos un fondo de sabor fantástico para muchas preparaciones.

Salsa de tomate y kétchup

Con una buena salsa de tomate en la despensa tenemos muchas comidas medio solucionadas, pero las de calidad de verdad no son tan accesibles ni tan económicas. Aunque aún falte para el verano se pueden elaborar salsas estupendas caseras muy fácilmente con tomates de rama o similares, o usando tomate en conserva.

El truco de asar los tomates además aporta muchísimo más sabor, y el resultado no se puede comparar a la mayoría de salsas envasadas de supermercado. Y, aunque menos saludable, también podemos animarnos a hacer nuestro propio kétchup, y ajustar las cantidades de ingredientes y aromas al gusto.

Salsa pesto y más salsas para pasta

El plato más simple de pasta solo pide cocer la variedad que tengamos en la despensa y combinarla con un bote de salsa. Es demasiado cómodo y fácil tirar del producto comercial, pero, aunque siempre viene bien tener reservas en la despensa, nada se puede comparar a las salsas caseras. Desde un pesto tradicional genovés y sus variantes, hasta las típicas boloñesa o carbonara, podemos hacer grandes cantidades y congelar por raciones.

Salsa barbacoa y otras para carnes

El surtido de salsas comerciales que pueblan las estanterías de los supermercados es abrumador. Hay algnas delicias dignas del comensal más gourmet, pero cuando nos ponemos a leer etiquetas el listado de ingredientes nos hará pensarnos la compra dos veces. En cualquier caso, más allá del tema saludable -muchas recetas de salsas caseras también van bien servidas de azúcares-, la preparación casera es mucho más satisfactoria y nos evitará tener que hacer salidas de más a la compra.

Salsa teriyaki y otras internacionales

Los amantes de la sección internacional del hipermercado disfrutarán enormemente preparando sus propias salsas y aderezos más exóticos. La salsa teriyaki casera es casi una preparación multiusos con miles de aplicaciones, pero también podemos ponernos más creativos con otros sabores del mundo y toques más pciantes.

Panes especiales

Muchos han descubierto ahora los placeres de la panadería casera, desde las recetas más simples con harina común o incluso al microondas, hasta el reto de la masa madre y la larga fermentación con el pan de masa madre. Pero también es el momento de probar masas de panadería algo especiales, que a menudo compramos de formato industrial, como el pan de molde o los bollos.

Pizza y focaccia

Siempre es buena idea enfrascarse a elaborar pizza casera, y en estos tiempos más aún. Si tienes masa madre puedes disfrutar de una masa sin igual, pero otras recetas más rápidas y fáciles también nos darán muchas alegrías. Y para variar un poco, recordemos que sus primas las focaccias resultan igualmente deliciosas, y son un sustituto fantástico de la barra de pan.

Salmón ahumado

Cuando vayamos a la pescadería merece la pena aprovechar para llevarnos a casa un buen salmón, o podemos recurrir a buen producto congelado. El proyecto de ahumar nuestro propio pescado en casa, o convertirlo en la versión marinada del gravlax escandinavo, nos dará muchas alegrías y nos servirá de práctica para retomarlo en las próximas fiestas navideñas.

Yogur casero básico

Quien tenga una yogurtera en el armario puede aprovechar para desempolvarla y volver a darle uso. Pero si carecemos de ella no pasa nada: con una olla de cocción lenta podemos elaborar un yogur casero delicioso muy fácilmente. Si no tenemos ningún equipamiento especial podemos buscar un lugar cálido donde mantener la temperatura de los tarros toda la noche, envolviéndolos siempre bien con toallas gruesas.

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Mantequilla (y su buttermilk o suero)

¿Por qué tomarnos la molestia de hacer mantequilla casera? Puede ocurrir que no encontremos en el supermercado pero sí tengamos nata para montar, así que no viene mal aprender a obtener nuestra propia mantequilla, que nos podrá salvar la papeleta también en el futuro. Además, es una actividad muy entretenida y satisfactoria, en cierto modo relajante, y nos permite hacerla a nuestro gusto.

Utilizando una buena nata de calidad con alto porcentaje de grasa conseguiremos una mantequilla sin igual, y también tendremos el suero o buttermilk natural que podremos usar para otras recetas. Una vez dispongamos de nuestra mantequilla, podremos darle sabor con hierbas, especias o añadir sal al gusto.

Granola y cereales de desayuno

A pesar de que los típicos cereales de desayuno suelen ser una bomba de azúcares, siguen siendo el desayuno favorito de muchas personas, y más en tiempos complicados en los que buscamos algo de confort y vuelta a esa nostalgia infantil.

Podemos darnos el capricho de hacer granola casera, para un consumo moderado, o su versión en barritas. Aunque la versión más saludable siempre será a base de cereales al natural, frutos secos y frutas, como el muesli suizo de avena.

Galletas para el desayuno o la merienda

En un caso similar al de los cereales, las galletas también resisten como producto ligado al desayuno y la merienda, y no solo de los niños. Es difícil resistirse a ellas y despiertan mucha nostalgia, con esa sensación reconfortante que da al mojarlas en nuestra taza favorita, o comiénolas con cuchara en un tazón. Pero hay algo aún más reconfortante: hacer galletas caseras.

Dejando a un lado las recetas que son indudablemente más dulces y concebidas más como un postre, tenemos recetas con menos azúcares y más nutritivas que resultan ideales para tomar de vez en cuando acompañando el vaso de leche o el café de la mañana, o de la media tarde.

Masa quebrada o brisa

El hojaldre casero es complicado de elaborar, pero la masa brisa resulta extremadamente sencilla y tiene miles de usos en la cocina, ya sea dulce o salada. Conocida también como masa o pasta quebrada, pâte briseé en francés, merece la pena doblar las cantidades y tener así porciones congeladas que podremos aprovechar en cualquier ocasión.

Hummus

Desde que explotó la moda del hummus hace unos años los supermercados se llenaron de versiones comerciales listas para consumir, con variantes de colores innovadoras, y generando incluso múltiples debates en las redes sobre qué marca era mejor. Pero hacer nuestro propio hummus es tan sumamente sencillo que no deberíamos preocuparnos más de si se agota en los comercios de nuestro barrio.

Guacamole

Más de lo mismo se puede decir del inmortal guacamole, del que no existen dos versiones exactamente iguales ni entre los propios mexicanos. Sin embargo, la receta original básica es tremendamente sencilla y no requiere de ingredientes rebuscados. La frescura de un guacamole recién hecho y aderezado a nuestro gusto nunca tendrá parangón en el lineal de un súper.

Crema untable de chocolate

Capricho extremasamente calórico, según l-, las cremas untables de cacao son otra tentación a la que es difícil resistirse, más aún si somos muy golosos. Sea cual sea la marca, a casi todos nos trae recuerdos de meriendas infantiles, de fiestas de cumpleaños o de excursiones, en las que no faltaban esos sándwiches de pan tierno con su generosa capa cremosa de cacao y avellanas.

Para recordar un poco tiempos pasados y permitirnos un placer ocasional menos pecaminoso, nuestra receta de crema de cacao casera es una buena alternativa con la que además podemos acostumbrarnos a sabores menos empalagosos.

Foto de portada | iStock
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