Me pregunto si sería capaz de cenar todos los días de mi vida a base de bocadillos, aunque sí tengo claro que nunca falta el buen pan en mi mesa. Divagaciones aparte, hay días en los que apetece un poco de gochismo de esos de chuperretearte las manos, de imaginarte masticando a cámara lenta mientras suena una música celestial de fondo. Y no hay mejor apuesta que el bocata.
Popularizado el término por cierto cocinero mediático que conocemos todos, ignoro cuándo se empezó a usar, pero la RAE tendrá que actualizar pronto la definición de gocho para incluir su vinculación a la comida. Porque sí, "gocho" existe, y se utiliza -o utilizaba- para definir al cerdo. Y precisamente necesitamos un producto de este animal para nuestra suculenta cena de hoy.
Recordé las pasadas Fiestas de Primavera en Murcia lo buenísimo que está un buen pan a la plancha o brasa con sobrasada de calidad; allí es típica la tosta con queso fresco, pero en nuestro bocadillo viajamos a Valencia para emular el mítico bocadillo amussafes. Es sencillísimo, pero está buenísimo.
Lo único que exige algo más de tiempo la cebolla caramelizada, pues cuanto más concentrada, tierna y potente más rico y jugoso saldrá el bocadillo. Siempre podemos comprarla ya hecha o hacer cebolla caramelizada exprés. Después, solo necesitamos un buen pan tipo cristal, sobrasada de primera calidad y un queso fundente, como el gouda o un emmental.
sobrazada vegetal
Además es una receta veganizable con alguna versión de sobrasada vegetal, que también venden comercial o se puede hacer casera. Recomendamos redondear el festín con patatas fritas y servirlo bien caliente.
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