A estas alturas de la primavera ya nos estamos aburriendo de algunas frutas de temporada, como por ejemplo de las fresas que llevan presentes en nuestras mesas varios meses y por la que ya no sentimos el mismo deseo que al principio. El caso es que, ahora es cuando mejor están de precio y es una pena que por monotonía las descartemos de nuestro menú.
Una buena opción puede ser usarlas para una ensalada diferente y refrescante, como este Carpaccio de fresas. Particularmente encuentro que combina a la perfección con el queso parmesano y eso me sirvió como base para elaborar esta ensalada, inspirada en el carpaccio de ternera clásico.
Los Ingredientes por ración: 6-8 fresas grandes, queso parmesano, azúcar, sal, aceite de oliva virgen extra, limón, pimienta negra molida, vinagre de Módena y una hoja de gelatina.
La preparación: Previamente vamos a preparar gelatina de vinagre de Módena. El hecho de utilizar el vinagre de esta forma y no en su versión liquida, nos permite no encharcar el plato, además de darle una textura diferente, y jugar con el aspecto visual.
Calentaremos el vinagre, aproximadamente una taza, en un cazo. Antes de su punto de ebullición añadiremos la lámina de gelatina y retiramos del fuego. Removeremos hasta que se deshagan las láminas y formen un oscuro caldo uniforme. Como con todas las gelatinas, dejaremos enfriar en la nevera hasta que tenga textura firme y sólida.
En el plato iremos colocando nuestras fresas laminadas en vertical lo más finas posible. Corregiremos la posible acidez con un poco de azúcar. Sal, aceite, pimienta negra molida y el zumo de un limón para aderezar al gusto. Por último añadimos el parmesano en lascas y la gelatina en cubos, que habremos cortado una vez se haya enfriado.
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