Cena ligera y sana en diez minutos, una receta sencillísima sin encender ni un fuego

En estos días en los que ya vemos asomar el verano por la esquina, con tardes cada vez más largas y noches cálidas, pensar en qué cenar se complica cuando no apetece nada pasar calor entre fogones. Una cena ligera y sana, que sea rápida y fácil, es la solución que nos salvará el día hasta que regrese el fresco vespertino.

Está claro que empieza la temporada de ensaladas, pero aún no tenemos los tomates ni las hortalizas o frutas estivales en su esplendor. Y no queremos empezar ya a recurrir a las clásicas, aburridas y sosas ensaladas de siempre.

Por eso una receta ideal es la ensalada de langostinos, rúcula y papaya, con una combinación de sabores y texturas deliciosa, fresca y diferente, saciante y sin dejar de ser ligera. Con langostinos o gambas ya cocidos tenemos el plato medio hecho, y podemos devorarlo en apenas diez minutos o, si tenemos margen, dejar el marisco marinando un rato.

Nos encanta este plato por el equilibrio entre la carne ligera pero nutritiva del langostino, que se disfruta igual de bien caliente que frío, combinado con el dulzor tropical de la papaya -muy digestiva- y ese toque amargo y algo picantón de la rúcula, que debe ser muy fresca y crujiente, nada de sobras mustias. Un aliño cítrico y especias o hierbas al gusto redondearán los sabores y aromas.

Además podemos añadir un puñado de cherrys o algún tomate kumato, unos rabanitos frescos o incluso algún encurtido como pepinillos agridulces o cebollitas. Y si la rúcula no es nuestra amiga, las espinacas baby, las pamplinas o los canónigos le irán también de maravilla.

Foto | Happy Surani
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