La empanada gallega es deliciosa, pero cuando la hago con masa casera siempre arrasa y no quedan ni las migas

Somos conscientes de que en Galicia hay tal variedad de empanadas con masas y rellenos diferentes, que el concepto 'empanada gallega' que tenemos los foráneos les debe sonar a chiste. Y aún así son dos palabras que nos hacen salivar solo con oírlas de pasada, pues pocos platos tradicionales de nuestro país consiguen triunfar de manera tan unánime. Siempre que esté bien hecha, por descontado.

Hay varios rellenos clásicos aunque diría que el que más triunfa por su aceptación popular, y por asemejarse con el relleno de otras preparaciones nacionales, es el de sofrito de verduras, salsa de tomate y bonito o atún en conserva de aceite de oliva, generalmente con huevo. Con su masa de panadería sabrosa y jugosa, bien cocida pero no reseca, doradita por fuera y generosa en el relleno... es un manjar infalible.

Con masa de hojaldre tampoco queda mal en absoluto y se puede usar una comercial pero... cuando preparo la masa de empanada gallega casera el éxito es rotundo. Nada se puede equiparar aunque no nos quede perfecta, y lo cierto es que hacer la masa de empanada casera es mucho más fácil de lo que solemos creer.

La receta de empanada gallega de bonito y pimientos es estupenda para hacer en fin de semana, un festivo o de cara al verano, estupenda para servir recién hecha o reposada, caliente o a temperatura ambiente, incluso apetece mucho los días de más calor si se toma fresquita; personalmente me encanta emparejarla con gazpacho en días más tórridos.

Según el tamaño de la ración te sirve de aperitivo, entrante, menú de picoteo, cena o hasta desayuno salado. Y nos encanta hacerla para llevar a merendolas al aire libre, a la playa o de excursión, más fácil de comer de picnic que la tortilla de patatas.

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