Una buena idea para saber qué cenar sin recurrir a lo de siempre es aprovechar cada temporada dejando que el propio mercado nos inspire en la cocina, aunque hoy los calendarios vegetales sean cada vez más difusos. En primavera nos encantan los espárragos y con los verdes, más económicos, podemos marcarnos una cena buenísima o original en poco más de media hora.
Las masas refrigeradas nos van a sacar de muchos apuros si las tenemos ocasionalmente como recurso en la nevera o congelador, ya sean en versión casera como comercial, siempre de la mejor calidad posible. Para esta receta de tartaletas de hojaldre y crema de espárragos necesitaremos una plancha corriente rectangular y apenas unos cuantos ingredientes más.
Nos gusta el formato individual para repartir en familia -y se pueden guardar las que sobren para el día siguiente, horneadas o sin hornear-, aunque también quedaría estupendamente en un molde grande. Mientras se cuece parcialmente la masa en blanco, con unos pesos encima -de repostería reutilizables o legumbres o cereales secos- hacemos el relleno, y luego solo queda repartir la crema y dar el horneado final.
En lugar de nata líquida se puede usar leche evaporada o emplear una versión sin lactosa, muy fácil ya de encontrar en cualquier supermercado, o vegetal, y el queso emmental se puede sustituir por otro similar que funda bien. Con unos tomates aliñados o una ensalada sencilla y algo de fruta ya tenemos una cena completa y sabrosísima para cualquier día de la semana.
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