Hay que reivindicar más el poder de las tartas saladas para recordar que el mundo dulce no tiene la exclusiva en cuanto a pasteles se refiere. Y son una opción estupenda para comer o cenar en familia dejando a todos más que satisfechos, con un plato original que se sale de la rutina y sabe un poco a día de fiesta.
No queremos quedarnos solo con las conocidas quiches ni tampoco con ese comodín tan versátil que proporcionan masas compradas como el hojaldre o la masa quebrada. Prepara algo más especial que sorprenda pero sin complicarte mucho, como una tarta salada de patata.
Y no te asustes al pensar en sumar tantos hidratos en un mismo plato, porque aquí el tubérculo no se añade a ninguna masa, sino que la patata se convierte en ella. Aunque tampoco pasaría nada, puesto que los pasteles salados con patata, incluso las pizzas, son platos bien ricos y nutritivos que también nos encantan.
La receta de la tarta de beicon y queso azul con base de patata es una alternativa rápida, fácil y riquísima a las quiches y demás primas, que requiere apenas unos 15 o 20 minutos de elaboración, dejando el resto a la cocción en el horno. Así, partimos de la patata rallada en crudo que, previamente bien escurrida, se mezcla con queso y mantequilla para forrar con esta mezcla un molde desmoldable.
Mientras la base se hornea, que tarda una media hora, se hace el relleno aparte, en este caso combinando huevos, queso crema, queso azul, nata, beicon y cebollino. Puedes cambiar el queso crema por queso fresco -no desnatado-, el azul por otro que te guste más suave y también se puede omitir el beicon. Queda rica con carne de pollo asado desmenuzado, cebolla caramelizada, guisantes o espárragos trigueros, etc.
Media horita más de horno y ya está la tarta salada de patata lista, deliciosa para tomar caliente o tibia, con una sencilla ensalada verde.
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