Más allá de las tostadas: 33 ideas para usar mermelada en tus recetas

Me encantan las mermeladas y compotas, pero eso sí, las de buena calidad. Algo tan simple como la necesidad de conservar frutas y verduras durante meses es todo un arte que nos alegra la despensa todo el año. En mi casa siempre hay algún tarro abierto en la nevera, quizá por la influencia suiza de mi familia, y es que allí nunca faltan en la mesa del desayuno. Pero podemos aprovecharla más allá de las tostadas, por eso traigo hoy ideas para usar la mermelada en todo todo tipo de recetas.

Aprendí de mi abuela la costumbre de hacer mermelada casera y es una tradición que repito varias veces al año. Me trae buenos recuerdos y tiene algo de mágico todo el proceso, además nos sirve para disfrutar de nuestras frutas favoritas fuera de temporada. Regalar tarros bien envueltos es todo un gesto de cariño y podemos jugar ajustando el nivel de azúcar y las especias. Con todo el juego que da en la cocina, merece la pena preparar una buena cantidad cada vez que nos pongamos en faena.

Aperitivos y picoteo

Para montar un picoteo improvisado o para empezar un menú de lujo no hace falta más que tener una buena tabla de quesos, pan de calidad y algún producto dulce para contrastar. La combinación será vieja pero funciona -y lo hará siempre-, unos aperitivos montados con queso y mermelada pueden ser el mejor manjar. Además las posibilidades de jugar partiendo de esa base son casi infinitas, empezando por ejemplo por un sencillo canapé de tosta crujiente, queso de cabra y mermelada de frutos rojos.

Los frutos del bosque como moras, arándanos, frambuesas o grosellas son los más utilizados para emparejar con quesos, pero podemos experimentar con otras combinaciones. Probad por ejemplo con la mermelada de vino tinto y os enganchará el resultado. También la mermelada acompaña bien los patés y foies, equilibrando su grasa, y en ese caso mejor optar por frutas refrescantes y algo ácidas. Ya sean en canapé, rellenando bocados de hojadre o a modo de salsa para acompañar, estas recetas seguro que os abren el apetito:

Ideas saladas

Una de mis formas favoritas de usar mermelada en el plato principal es también de las más simples: sacar los tarros y servirlos directamente como si fueran la salsa de acompañamiento. Obviamente no funciona con todas las recetas; las mejores son las carnes asadas, especialmente el pollo. Cuando mi madre cocina pollo al horno siempre hay un desfile de mermeladas y compotas en la mesa para que cada uno se sirva al gusto. Claro que si nos ponemos más exigentes tan solo tenemos que cocinar con ellas.

La de albaricoque casera es fantástica para añadir a salsas, marinados y aliños, tanto para carnes como pescados, ensaladas o proteínas vegetales como el tofu. Pensad también en la típica vinagreta de miel y cambiad el ingrediente dulce por una mermelada al gusto; el resultado será más aromático y menos empalagoso. Otra opción sencilla es sustituir la fruta natural de ciertas recetas por unas cucharadas de mermelada. Las de tomate, pimiento, cebolla o calabaza son estupendas para mezclar con salsas, aderezar cremas y sopas o glasear carnes y verduras.

Postres con rellenos muy dulces

Si una buena tostada con mermelada puede ser tan o más deliciosa que un postre, ¿por qué no convertirla en la protagonista del mismo? El uso de las mermeladas en el recetario dulce es algo muy tradicional que además tiene muchas ventajas. Nos permite vestir y dar un toque diferente a nuestros postres de siempre o improvisar algo vistoso en pocos minutos y con apenas unos ingredientes más. Y si tenemos que dar salida al típico bote de mermelada que lleva demasiado tiempo en la nevera, el destino nos pide trasnformarlo en un buen postre.

Por ejemplo, con una base de masa brisa o quebrada ya tenemos una tarta deliciosa, al estilo de la crostata italiana. También puede ser el relleno de tartaletas individuales, más fácil todavía si usamos hojaldre comprado. Otra opción es rellenar masas de magdalenas, bizcochos y panecillos, como los dónuts o los berliner, galletas y pastas o postres de cuchara en vasitos.

Bizcochos, tartas y pasteles

La mermelada también se puede aprovechar antes de echarse a perder -¡pecado capital!- enriqueciendo masas de bizcocho, tartas y todo tipo de pasteles. Es de sobra conocida la capa de mermelada de fresa o frutos del bosque coronando tartas de queso, pero también tiene una utilidad más discreta en pastelería. Por ejemplo, en esta irresistible tarta de fresas con crema de vainilla la usamos para dar brillo a la fruta y conseguir ese bonito acabado digno de escaparate.

¿Habéis probado a incorporar la mermelada a una masa, como si fuera yogur o mantequilla? No se trata de rellenar un bizcocho como tal, la idea es que se funda con el resto de ingredientes, quedando oculta en la miga una vez horneado. Es una de mis técnicas preferidas para aprovechar sobras de tarros a medio gastar, o cuando la despensa de ingredientes anda algo coja. Los dulces quedan jugosos y muy aromáticos, y dependiendo de la fruta también añade color.

Está claro que no hace falta complicarse mucho para sacar partido de la mermelada en la cocina. Las tostadas están bien, pero es hora de variar los desayunos y aprovechar nuestras mermeladas caseras en todo tipo de recetas, ya sean dulces o saladas. ¿Cuál es vuestra favorita? ¿Cómo os gusta utilizar la mermelada en casa?

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