Mi ensalada de quinoa favorita en otoño es una receta de aprovechamiento fácil, saludable y llena de contrastes

Si las legumbres también son para el verano, las ensaladas igualmente tienen su lugar en la mesa de otoño e invierno. Lo único que hay que cambiar son los ingredientes y adaptarlas a los productos de temporada, y también a sabores y texturas que nos pide más el cuerpo en esta época.

Para que sea un plato muy completo que nos apañará cenas y almuerzos, tanto en casa como en el trabajo, una ensalada debe ser nutritiva y saciante, pero de digestión ligera, que nos deje satisfechos y sin esa sensación de vacío que a veces se nos queda cuando nos conformamos con la típica ensalada aburrida de lechuga iceberg y tomate.

La ensalada de quinoa, boniato y queso feta es perfecta para esta época, llena de contrastes de colores, sabores y texturas, y estupenda para aprovechar sobras si tenemos en la nevera. Me gusta cocinar la quinoa en microondas para platos como este, porque se hace en poquísimos minutos y queda perfecta, con el grano suelto y ligeramente crujiente, justo el punto que buscamos en una ensalada.

Por supuesto, podemos usar en su lugar arroz, cuscús, mijo o incluso alguna legumbre cocida, que sería de hecho el mejor sustituto porque con la quinoa añadimos también proteínas y aminoácidos que los cereales más comunes no tienen.

Los dados de boniato y los tomatitos se hacen a la sartén para ir más rápido, aunque al horno quedarían estupendos también. Los chips de ajo son opcionales, aunque absolutamente recomendables para ese puntito extra de sabor y toque crujiente, que tan bien combina con el sabor fresco y salino del queso feta.

¿No tienes boniato? Usa calabaza. ¿Tienes una manzana o una pera que pide salida en la nevera? Añádela sin problemas. ¿Quieres que sea más saciante? Agrega un puñado de nueces, almendras, piñones o avellanas tostadas. ¿Fan de los amargos? Sustituye el mezclum por rúcula. Las opciones son infinitas.

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