Si los fines de semana el cuerpo nos pide una cena más especial con aires festivos, ya cuando vamos despidiendo el verano casi que nos apetece mucho más. De vacaciones o ya recuperando la rutina, las recetas para compartir que incluso se pueden comer con las manos o llevar a la terraza son las que más triunfan, como la infalible pizza, hamburguesas o un bocadillo.
Esta vez queremos recuperar sin embargo un plato clásico francés que nos encanta preparar en ocasiones más señaladas, incluso convertido en un plato típico navideño en muchos hogares por su aire distinguido y fabuloso sabor. La quiche lorraine es la tarta salada por excelencia, esa especie de pastel con base de masa quebrada que admite tantísimas variantes.
Se puede hacer la masa brisa o quebrada casera, usar una comprada de buena calidad o incluso recurrir al hojaldre. El relleno tradicional se prepara con una mezcla de leche, nata -o crème fraîche-, queso tipo emmental, huevos, jamón o beicon -lardons- y, opcionalmente, champiñones, pero si no te convence esta combinación, puedes tunearla a tu gusto.
Nos gustan también mucho las quiches de verduras que aprovechan vegetales de temporada, una opción más que estupenda precisamente ahora en verano. Por ejemplo, es un triunfo asegurado la quiche de calabacín y parmesano, y otra que nos encanta es la quiche de tomate y tres quesos. Con una ensalada de acompañamiento o sin más, es una cena perfecta, tan elegante como informal, y está rica caliente, templada o fría.
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En DAP | Cómo hacer la quiche perfecta
