La receta perfecta para una cena con sabor a pizza entre semana: sin masa pero para chuparse los dedos

Ah, la pizza, ese majestuoso plato italiano que -casi- todos adoramos. Pero hoy vamos a rendir homenaje a la pizza de una manera diferente, en formato dip. Es una receta que se encuentra en algún lugar entre la fondue suiza y una suerte de lasaña, en el maravilloso universo de la pizza reinventada. Y sí, es tan "gochista" como os lo podáis imaginar. Hoy vamos a llevar la pizza al territorio del dipping, porque los martes también pueden ser días para darse un capricho.

La elaboración de este plato es bien sencilla. Solo se necesita una buena sartén, preferiblemente de hierro fundido, en la que saltear el beicon y la carne. Luego mezclamos queso crema, mozzarella y ricotta, añadimos al gusto nuestras especias favoritas: orégano, albahaca, ajo molido y un poco de pimentón. Sobre la carne, en la sartén, extendemos esta mezcla cremosa y aromática. Finalmente, la cubrimos con una capa de salsa de tomate, más mozzarella, lonchas de pepperoni y un poco de parmesano rallado. El toque final es el horneado, que funde y une todos estos ingredientes en un baño de sabores irresistibles.

La nutrición no es el principal atractivo del pizza dip, para qué engañarnos. Es un plato rico en grasas y calorías, pero eso no implica que no pueda tener un lugar en una dieta equilibrada. La clave está en disfrutarlo de forma ocasional y en porciones controladas. Además, si usamos carne magra, que podemos cambiar por pollo, pavo o soja texturizada, y quesos variados de calidad, estamos incorporando proteínas de calidad a nuestra cena.

Podéis experimentar con este plato según vuestro gusto o lo que tengáis en la nevera. Podría ser un pizza dip de verduras asadas, con espinacas y alcachofas, o incluso una versión marina, con anchoas, alcaparras y aceitunas negras. Y, si os apetece probar otras recetas en la línea del gochismo controlado, os invito a que echéis un vistazo a las variantes de lasaña que hemos compartido en DAP.

Para beber, una cerveza rubia o ámbar podría ir muy bien, mejor sin alcohol entre semana. Para acompañar el pizza dip, una ensalada verde sencilla con un toque de vinagreta de mostaza y miel puede ser la opción perfecta. No sólo proporcionará un contraste crujiente y fresco, sino que también equilibrará un poco el festín de sabores y texturas. Así que no dudéis en lanzaros a la cocina, preparar este delicioso y "gochista" pizza dip y disfrutar de una cena de martes que se siente como un viernes. Porque a veces todos lo necesitamos.

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