Si hay buen pan en casa y pocas ganas de cocinar, ese día se cena un bocadillo, sándwich o varias tostas en casa. Aunque por algún motivo la hora de la cena nos pide más el formato entrepan, dejando la rebanada abierta más para desayunos y almuerzos menos contundentes. El bocata permite jugar más con rellenos suculentos donde jamás falta el queso.
La ganadería vaquera vertebra gran parte de la identidad cultural y social de Galicia, por lo que a nadie debería extrañarle que afirmemos que en esta tierra se elaboran algunos de los mejores quesos de nuestro país. Encantándome el tetilla, mi familia política me descubrió un mundo nuevo al contagiarme su afición por el San Simón da Costa, una delicia láctea con DOP que se ha convertido en el protagonista imprescindible de nuestros bocadillos preferidos.
La feliz combinación de ingredientes que resultó en este sándwich de mortadela y queso San Simón con cebolla caramelizada, una iluminación divina que hemos repetido muchas veces en casa, especialmente por la pasión de mi pareja hacia este queso, con su textura semidura y fina que funde de maravilla y su característico sabor ahumado. Es un queso graso curado, pero sin la intensidad tan acentuada que tienen, por ejemplo, los quesos de oveja curados o de cabra más añejos. Tiene el equilibrio perfecto.
Ese punto ahumado hace que combine muy bien con el dulzor de la cebolla caramelizada y embutidos elegantes como una buena mortadela de Bolonia, pero también queda de lujo con jamón cocido, fiambre de pavo asado o sobras de pollo al horno. El pan tipo hogaza de pueblo se puede cortar para hacer un bocata más al uso o en formato rebanadas como si fuera un sándwich, aunque con pan de molde al estilo bikini tampoco queda nada mal.
Eso sí, pasarlo por la plancha o un grill eléctrico es algo innegociable.
En DAP | Pincho de pulpo y queso San Simón con calabaza
En DAP | Berenjenas rellenas con bulgur y queso ahumado San Simón da Costa