A mi padre le gusta mucho la polenta -la cocina del norte de Italia ha dejado su huella en Suiza- y me pasó la costumbre de tenerla siempre en la despensa para variar las guarniciones más típicas de arroz o patatas. Pero tenía ganas de usarla en una receta más original, y esta tarta salada de polenta con champiñones, col kale, jamón y queso era la respuesta que necesitaba.
Curiosamente la encontré en una página suiza donde proponen usar chorizo y taleggio, ingredientes que yo adapté fácilmente a lo que tenía en casa. Podéis eliminar el jamón de la ecuación para tener un plato vegetariano estupendo, y usar el que so que más os guste pero funda bien; en mi caso, el gallego San Simón da Costa, con su delicioso sabor ahumado.
Precalentar el horno a 200ºC y engrasar ligeramente un molde de tarta rizado, rectangular o redondo, de unos 11x35 cm aproximadamente. Recomiendo usar uno con el fondo desmontable y que sea bien antiadherente. Preparar la polenta siguiendo las instrucciones del paquete.
Normalmente necesita unos 15 minutos para cocerse, pero habrá que ajustar el tiempo para que espese al máximo, como un puré de patatas bien espeso. Calentar primero el caldo, añadir la sémola de maíz y cocer sin llevar a ebullición, removiendo constantemente. A mitad del tiempo agregar la mantequilla, salpimentar y continuar hasta que se separe del fondo al pasar la cuchara.
Repartir la polenta aún caliente en en el molde preparado, extendiéndola con una espátula o cucharón, presionando con suavidad. Puede que nos sobre un poco, dependiendo del tipo de molde exacto; podemos guardar las sobras para otra ocasión. Queremos un grosor de, aproximadamente, un dedo. Reservar.
Lavar y secar con suavidad la col y los champiñones. Escaldar las hojas de kale durante un máximo de dos minutos en agua salada, o al vapor o en el microondas, cortando rápidamente la cocción en agua fría o un cuenco con hielo. Cortar en hojas pequeñas separando el tallo más grueso.
Repartir por la tarta los champiñones cortados al gusto, el jamón picado o troceado y el queso picado o rallado. Añadir un golpe de pimienta negra y hornear durante unos 15 minutos. Servir con la col ya lista por encima. También podemos añadirla en los últimos minutos del horneado, pero con cuidado que se quema rápidamente.
Con qué acompañar la tarta salada de polenta
Esta tarta salada de polenta con champiñones, jamón, col kale y queso se puede compartir entre dos acompañada de una ensalada ligera, o servir en porciones más pequeñas como entrante o aperitivo entre cuatro personas. Es recomendable servirla al momento con el queso recién fundido y bien caliente.