La Tarte Flambée es una torta salada tradicional originaria de la Alsalcia. Una vez que estuve de visita en casa de unos amigos en Estrasburgo me llevaron a un restaurante típico en el que cenamos no menos de 8 tartes, y es que la costumbre allí es comer una tras otra hasta que no puedas más. Siempre empiezan por tartes con sabor más suave, como la de cebolla, luego otras con jamón, y las más fuertes al final, como la de queso Münster. Afortunadamente, es un plato relativamente ligero, como veréis.
Ingredientes:
Masa: 250 gr. harina, 30 gr. manteca de cerdo refinada, 30 gr. mantequilla, 1 yema de huevo, pizca de sal, 100 cc. agua fría, 1 cucharada de nata espesa.
Relleno: 1 cebolla, 100 gr. bacón, 1 yema de huevo, 50 cc. nata espesa, 200 gr. queso blanco cremoso, sal, pimienta blanca, nuez moscada molida, champiñones (opcional)
Preparación:
Encendemos el horno a unos 250º para que vaya calentándose. Pica la cebolla en tiras finas y escalda en agua hirviendo uno o dos minutos, para que se ablande un poco y pierda el fuerte. Escurre y reserva.
Haz una montaña con la harina en la mesa de la cocina o en un cuenco amplio y, haciendo un hueco en el centro a modo de volcán, añade el resto de los ingredientes de la masa; la mantequilla y la manteca desmenuzadas, la yema de huevo, el agua, la nata y la sal.
Ve removiendo con los dedos mezclando los ingredientes hasta hacer una masa lisa, volteando sobre la mesa unos minutos. También puedes amasar los ingredientes en thermomix u otro robot de cocina, si lo tienes a mano en casa.
Extiende con rodillo hasta darle forma redondeada, muy fina, con unos 2-3 mm. de grosor. Pasa a una bandeja de horno cubierta de papel de horno o silpat. La masa rinde para hacer dos tartas redondas, o una grande rectangular que ocupe toda la bandeja. Para que queden bien redondas corta los bordes con un cuchillo bien afilado, ayudándote de un aro de bizcocho si hace falta. Deja reposar la masa, una vez estirada, en frío.
Mezcla en un cuenco los ingredientes del relleno; la nata, el queso, la yema de huevo, la sal y las especias. Bate con batidora o un tenedor hasta que quede homogéneo. Extiende el relleno sobre la masa, respetando un centímetro del borde. Cubre con el bacón en daditos y la cebolla escaldada reservada, y hornea a horno fuerte unos 8 minutos, o hasta que se empiecen a dorar los bordes. Sirve al momento, troceada.
Aunque de lejos parezca una pizza, por el aspecto, no tiene nada que ver ni en la masa ni en los rellenos que admite. Prueba diferentes versiones, aunque siempre debería llevar cebolla. Está muy buena con cebolla y champiñones, pero la que más me gustó aquel día es la de queso Münster, si lo encontráis por vuestra zona probadla. Espero vuestros comentarios.
En Directo al Paladar | Louis Sipp Riesling Kirchberg de Ribeauvillé Grand Cru 2001