Que nos encantan los picoteos crujientes no es ningún secreto ni nada que nos haga especiales; los alimentos salados que crujen le gustan a nuestro cerebro y puede ser difícil resistirse a ellos. Sin abusar, las versiones caseras siempre son más recomendables, como estos nachos de maíz y semillas que resultan ideales para mojar todo tipo de dips y cremas untables.
Hemos adaptado la receta del blog Piruletas de jamón, que a su vez versiona la original de Elka Mocker. Es una elaboración la mar de fácil que permite hacer modificaciones al gusto, cambiando la proporción o el tipo de semillas, añadiendo diferentes especias o dándole un toque picante.
Para no complicarnos recortando triángulos perfectos hemos dividido la masa en tres, horneando una tal cual para cortar las porciones después a mano, con su rústica forma irregular, y otras marcando por encima las piezas con un cortapastas de ruedecilla, tipo el que se usa para raviolis. A la hora de mojar en las salsas realmente importa poco la geometría de estos crackers.
Precalentar el horno a 220ºC sin ventilador, con calor arriba y abajo. Opcionalmente, triturar groseramente o machacar a mortero las semillas, sin pulverizarlas del todo. En nuestro caso, al usar chía y amapola, las dejamos tal cual, pues son diminutas. Se puede usar otra mezcla o añadir más hasta los 100 g.
Mezclar las semillas con la harina de maíz, la sal, la cúrcuma y el aceite. Añadir el agua poco a poco, mezclando a la vez, hasta que la masa absorba todo y se obtenga una consistencia húmeda pero no pegajosa, que se pueda manipular y estirar sin romperse. Si se pega un poco, se puede añadir algo más de harina (poca) o dejar en la nevera 30 minutos.
Dividir en tres partes, reservando dos tapadas, y estirar una entre dos hojas de papel de hornear, dejando un grosor de 2 mm. Pasar tal cual a una bandeja, sin la hoja superior, o marcar cortes con un cortapastas o cuchillo. Bajar la temperatura a 200ºC y hornear unos 12-15 minutos, hasta que se dore y esté seca al tacto.
Dejar enfriar mientras se repite la operación con otra de la masas, y continuar hasta terminar con las tres. Una vez frías, cortar con las manos en porciones y guardar en un recipiente hermético.
Con qué acompañar los nachos caseros
A pesar de que esta especie de galletas saladas son un snack que entra muy bien solo como picoteo, lo suyo es acompañar los nachos con salsas y cremas untables o para mojar. El guacamole casero o una crema de queso mexicana son infalibles, así como cualquier variante de hummus o cremas especiadas de hortalizas, como esta etíope de berenjenas o la muhammara de pimientos. Otra opción es acompañarlos de una tabla de quesos, patés y embutidos o tapenade.
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