Confieso que la col cale, que ya sabéis que, aunque a veces se confundan, no es una berza, me tiene totalmente conquistada. Confieso también que no todo el mundo a mi alrededor piensa lo mismo, por eso cuando veo recetas originales, como este pesto de kale, que pienso que pueden gustar a todos, no me lo pienso demasiado a la hora de hacerlas.
Esta receta, que encontré en la última revista de Elle Gourmet, es ideal para dipear con amigos, por eso la podéis servir en un bol, con tostaditas de pan, crudités o germinados. De este modo, cada uno puede servirse la cantidad que quiera y untar a su gusto. Os encantará.
Empezamos limpiando el kale, para ello retiramos el nervio central y escaldamos las hojas en una cazuela de agua hirviendo durante 4 minutos. Las escurrimos, las refrescamos bajo el grifo y las secamos con papel absorbente.
Las ponemos en el vaso de la batidora junto a las hojas de albahaca, los piñones, el queso parmesano, el ajo y el aceite de oliva. Lo batimos todo hasta conseguir una pasta. Rectificamos el punto de sal y pimienta y ya lo podemos servir.
Con qué acompañar el pesto de kale
Esta receta de pesto de kale tiene un sabor muy particular que seguro os conquistará al momento de haberlo probado. Os apetecerá preparar más cantidad, así que solo deberéis incrementar las cantidades proporcionalmente. Guardad en la nevera el pesto que os sobre, guardado en un recipiente hermético, de este modo se conservará perfectamente por unos días. Con galletas saladas está delicioso.
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