Hay que reconocer que las quesadillas caseras son un grandísimo invento. Con tortillas de trigo en casa se puede improvisar una cena o un almuerzo rápido sin complicaciones, y son perfectas para reaprovechar sobras o ponerse creativos combinando ingredientes. Ya sabréis que cuando en casa hacemos pollo al horno procuro que siempre sobre para utilizar la carne en otras recetas, como estas quesadillas crujientes de pollo, papaya y provolone.
Antes solía hacer las quesadillas montando dos tortillas una sobre otra, pero ahora prefiero el método de doblarlas creando medias lunas. Esta receta es sencilla pero funciona deliciosamente bien gracias a que usamos un buen queso fundente mezclado con el resto de ingredientes, el toque fresco de la papaya y una cocción en sartén sin ser muy rácanos con el aceite. No se puede negar que quedar mucho más ricas con esa capa crujiente que oculta el queso fundido.
Lo ideal es tener ya listas las sobras de pollo asado (las mejores para reaprovechar en otras recetas), pero siempre podemos hacer a la plancha o cocer una pechuga o unos contramuslos para la ocasión. Trocear la carne o cortar en tiras finas y colocar en un plato hondo o cuenco.
Lavar y cortar en rodajas finas los pimientos picantes, desechando las semillas, y picar la cebolla o cortar en juliana fina. Quitar la piel de la papaya, desechar las semillas y cortar en tacos pequeños. Picar fino el queso provolone.
Mezclar todos los ingredientes con el pollo, añadir un poco de ajo granulado, zumo de lima o limón y salpimentar ligeramente. Repartir en las tortillas, colocando la mezcla en una de las mitades sin llegar a los bordes, y cerrar con cuidado formando medias lunas.
Calentar una cantidad generosa aceite de oliva en una buena sartén antiadherente y cocinar las quesadillas por ambos lados hasta que queden doradas y crujientes. Dejar escurrir sobre papel de cocina para evitar el exceso de grasa y servir inmediatamente.
Con qué acompañar las quesadillas
Las quesadillas crujientes de pollo, papaya y provolone deben tomarse al momento para disfrutar de esa textura tan rica de la tortilla y el relleno cremoso con el queso fundido. Así quedan muy ricas y son muy jugosas, pero podemos acompañarlas de una salsa que nos guste, ya sea picante o más dulzona, para suavizar el relleno si nos hemos pasado con los pimientos o guindillas. Un guacamole casero también le van de miedo.
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