Nos gustan tanto las gambas al ajillo, que hemos querido incorporarlas a otra de nuestras recetas favoritas, la de las croquetas caseras. De esa mezcla nace la receta de croquetas de gambas al ajillo, perfectas para servir de entrante o picoteo en las reuniones familiares de las próximas semanas.
Como otras croquetas míticas, las croquetas de cocido, su textura es melosa y suave en el interior, pero el sabor de estas croquetas de gambas al ajillo supera otras recetas de croquetas que nos han gustado mucho, al menos tanto como las originales croquetas de mejillones en escabeche o las croquetas de anchoas, que también son fabulosas.
Al utilizar el aceite del ajillo de las gambas para hacer la bechamel, estas croquetas tienen un original toque picantito, que sorprende y agrada mucho, y que difiere bastante de las clásicas croquetas de gambas en las que usamos los jugos de sus cabezas. Obviamente, la cremosidad de la bechamel suaviza mucho el picante, no os preocupéis.
Ingredientes
- Gamba blanca arrocera 250 g
- Dientes de ajo 2
- Guindilla de Cayena 1
- Aceite de oliva virgen extra 3 cucharadas
- Mantequilla 25 g
- Harina de trigo 60 g
- Leche entera aproximadamente 650 ml
- Sal y pimienta al gusto
- Nuez moscada molida una pizca
- Huevo para envolver las croquetas 2
- Pan rallado para envolver las croquetas
Cómo hacer croquetas de gambas al ajillo
- Tiempo total 55 m
- Elaboración 15 m
- Cocción 40 m
- Reposo 3 h
Comenzamos preparando unas gambas al ajillo a la manera clásica. Laminamos los ajos, los ponemos a tostar en una sartén con el aceite de oliva y un trocito de guindilla y cuando están, agregamos las gambas peladas. Cuando empiezan a tomar color, retiramos las gambas y los ajos, continuando con el proceso de hacer la bechamel. Picamos las gambas en trocitos pequeños.
En el mismo aceite de freír las gambas y los ajos, agregamos un poco de mantequilla y seguidamente la harina, removiendo para hacer un roux que dejamos tostar sin dejar de remover. Retornamos las gambas, las mezclamos bien con la harina y empezamos a añadir la leche poco a poco dejando que la masa la vaya absorbiendo.
Seguimos agregando leche y removiendo hasta que la bechamel tiene la textura deseada. Una buena referencia es cuando vemos que la sartén se llena de burbujas por todas partes y el cambio de sonido al pasar la cuchara indica que la bechamel ya está lista. La volcamos en una fuente y la dejamos reposar durante unas horas en la nevera.
Formamos las croquetas pasándolas por huevo batido y pan rallado y las dejamos reposar en la nevera durante una hora. Después, las freímos en aceite abundante y muy caliente hasta que están bien doradas. Su sabor nos recordará en cada bocado el clásico plato de las gambas al ajillo, pero con la cremosidad de las croquetas.
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Con qué acompañar las croquetas de gambas al ajillo
Para acompañar las croquetas de gambas al ajillo, podéis servir una salsa para que quien quiera, pueda mojarlas antes de comerlas. Os dejo dos opciones para que elijáis la que más os apetezca, una ajonesa o mayonesa de ajo y una fritada de tomate. La decisión es vuestra.
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